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El fin de semana del 27 al 29 de mayo, «los solos» (singles) tuvimos un encuentro, como siempre entrañable, en el CAM (Centro de Actividades Múltiples) de Entrepeñas.

Disfrutamos de unas interesantes reflexiones sobre la soledad a cargo de tres psicólogas: Elizabeth Sandoval, Maribel Gómez y Marta Saguar. Esta última como coordinadora.  Reflexiones que nos llevaron a entender emociones tales como la tristeza, el miedo, la culpa o la vergüenza. Entenderlas, y aceptarlas.

Aprendimos que las emociones en sí no son ni buenas ni malas, pues todas tienen su función. Lo importante es no dejarnos arrastrar por ellas, porque la soledad puede venir acompañada de algunas de esas emociones, y si no sabemos gestionarlas nos pueden jugar una mala pasada.

También abordamos el tema de la autoestima y de los apegos. En definitiva, cómo llegar a entendernos sin juzgarnos, e intentar ver la soledad como un acicate, un espacio para crecer en el autoconocimiento y en el desarrollo personal.

Los temas también los trabajamos en equipos, como método para profundizar, para conocernos y conocer a los demás.

Lidiando con la soledad

Otra de las inquietudes que salieron a la palestra es que, si bien la soledad puede ser un espacio para crecer, no nos engañemos, la soledad también puede aparecer sin ser invitada. En este caso, puede llegar a ser un problema si no sabemos cómo manejarla. Por eso no se obvió el hecho de que, si es necesario, hay que pedir ayuda a los profesionales: psicólogos y psiquiatras.

Pero no todo fue encuentro para la reflexión, sino que también hubo tiempo para compartir, después de la rica comida del sábado. Comida que con todo cariño y saber hacer nos prepararon los cocineros del CAM.

Y por la noche nuestra querida Montse y su equipo (dirección del Departamento de Singles a nivel nacional) nos prepararon una sorpresa nocturna. Gracias a ellos pudimos disfrutar de la oportunidad de bordear el embalse de Entrepeñas a la luz de linternas y estrellas…

El domingo, los que quedamos, pudimos pasarlo bien gracias a un estupendísimo baño. El agua estaba fresca, pero buena.

Después, de vuelta… ¡Qué pocas ganas de volver a la rutina!, pero bueno, los “singles” de Zaragoza aún pudimos estirar el domingo y nos desviamos hasta Sigüenza, bonito pueblo medieval que merece la pena visitar.

No me quiero despedir sin dar las gracias a Montse y su equipo y enviarles un caluroso abrazo por tantos y tantos detalles que tienen con nosotros, los «solos»,  «los singles», por su trabajo desinteresado, por su entrega. Que Dios os bendiga.

Autora: Belén Bolea, de la iglesia de Zaragoza – Torrero.
Imagen: Foto de Chetan Menaria en Unsplash

Revista Adventista de España