Más de una semana después del inicio de la guerra civil de Sudán y en medio de graves tensiones, 72 pasajeros (34 españoles y de otras 11 nacionalidades) fueron evacuados el pasado domingo 23 de abril de 2023, en un Airbus A400M Atlas perteneciente al Ejército del Aire español, que despegó en torno a las 22 horas de la base aérea de Wadi Seidna, actualmente controlada por elementos del ejército regular sudanés, y puso rumbo a España, con escala en Yibuti.
Los pasajeros llegaban con bien a la Base Aérea de Torrejón (Madrid), donde fueron recibidos por el ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares. Entre estos pasajeros viajaba el misionero adventista Sebastián G. con su familia.
En CNN redacción Buenos Aires apareció la entrevista que el reportero Pau Mosquera hacía a nuestro hermano Sebastián G.
Además, desde Revista Adventista de España, hemos podido contactar con Sebastián y esto es lo que nos ha contado:
E. A. ¿Quiénes sois? háblanos un poquito de vosotros.
S. G. Somos una familia binacional. Yo soy argentino, mi esposa Elmita es colombiana, nuestra hija nació en el sur de Argentina, donde trabajamos por 6 años. Y hace 8 años y medio que estamos en la Unión de Medio Oriente y Norte de África. Desde finales del 2019 nos encontrábamos sirviendo en Sudán.
E. A. ¿Por qué estabais en Sudán?
S. G. Estábamos en Sudán porque la Iglesia nos pidió que fuésemos allí, en diciembre de 2019, para coordinar las actividades de la iglesia, para proveer liderazgo espiritual y administrativo.
E. A. ¿Qué está pasando en Sudán y por qué la situación está siendo peligrosa?
S. G. En Sudán, actual e infelizmente, hay una guerra civil. Bueno, no sé si técnicamente se define así o no… pero es como lo entiendo, porque es una guerra entre el ejército de Sudán, las fuerzas armadas del gobierno, y una milicia paramilitar que se llama Fuerzas de apoyo rápido, que es muy fuerte. Ha sido creada unos 20 años atrás y ha desafiado la autoridad del ejército, de las fuerzas armadas sudanesas, quienes estaban gobernando el país desde octubre del año 2021. Entonces, las Fuerzas de apoyo rápido se han rebelado y comenzaron a atacar, aunque ellos dicen que fue el ejército quien en realidad comenzó. La verdad es que no sé quién empezó, pero entre ellos están peleando y hay dos generales, el general Abdelfatah al Burhan, que es el general del ejército sudanés y gobernante del país, en contra de Mohamed Hamdan Dagalo, conocido como Hemetti, que es el general de la milicia paramilitar de las Fuerzas de apoyo rápido, que también formaba parte de la cúpula de gobierno del país. El segundo en el mando del país. Entre ellos dos se disputan el poder en Sudán.
Y la situación es peligrosa porque son dos fuerzas armadas grandes, las dos son poderosas, y el campo de batalla es el país. Aquí no hay un país invadiendo Sudán, son los mismos sudaneses peleándose entre ellos, disputando el poder. Y el epicentro de este conflicto es la capital. La ciudad de Jartúm. Allí es donde están las sedes del ejército, y donde las Fuerzas de apoyo rápido también tienen bases. Si bien ha habido conflictos en diversas partes del país, de lejos el conflicto es mucho más fuerte en la capital, y allí es donde se va a decidir quién será el vencedor en este conflicto.
E. A. ¿Cómo están los hermanos y la gente allí?
S. G. Los hermanos y la gente en Sudán, ellos están sufriendo. Es una crisis terrible. Sudán ya era un país muy pobre, con un estándar de vida bajísimo. La Iglesia Adventista en Sudán es una iglesia extremadamente pobre.
Entonces… los sudaneses están sufriendo. La mayoría está saliendo de la capital, Salen del epicentro del conflicto que es la zona más peligrosa y se han ido a otras ciudades del país, a otros estados, donde el nivel de violencia y de peligrosidad, es menor. Algunos se están moviendo hacia Egipto.
E. A. ¿Qué hizo que tuvierais que marcharos tan “deprisa” y en esas condiciones?
S. G. Nos tuvimos que marchar tan deprisa porque se desató la guerra. Era un sábado por la mañana. Yo estaba preparándome para ir a la iglesia. Mi familia también. Yo tenía dos iglesias que visitar ese sábado. Mi familia iría al grupo internacional, donde normalmente asisten… Nos retrasamos un poco más de lo previsto, y cuando el taxi llegó para recogerme (no tenemos coche propio), el chofer canceló el viaje y me dijo que no podíamos cruzar el puente al otro lado porque se había desatado un conflicto. Dijo que no podía viajar, que se tenía que ir, y me recomendó que me quedara en mi casa. Luego recibí una llamada telefónica de un anciano de iglesia, diciendo lo mismo, y luego otra hermana de iglesia igual… Entonces comenzamos a sospechar que había algo serio que estaba ocurriendo, y decidimos quedarnos en casa hasta verificar la seguridad de la situación. No salimos de casa, y gracias a eso pudimos estar juntos, como familia, esos 9 días. Si yo hubiera salido de casa ese sábado por la mañana, no hubiera podido reunirme con mi familia. Los puentes que separan Jartum de las ciudades vecinas estaban cerrados y la situación de peligro y violencia en las calles hubieran impedido que yo hubiera podido reunirme con mi familia. De hecho, muchas familias quedaron separadas, porque el conflicto los encontró separados. La embajada española organizó una evacuación muy bien hecha, y nos aceptó (nosotros, a través de nuestra embajadas argentina y colombiana solicitamos a la embajada española si podían ayudarnos para evacuar, ya que nosotros no tenemos embajadas argentina ni colombiana en Jartum, en Sudán.
Por eso tuvimos que marcharnos tan deprisa. Las condiciones de vida eran muy peligrosas, especialmente para los extranjeros. No podíamos salir, ni caminar por las calles, ni comprar comida o agua. Extremadamente peligroso, no solamente por la violencia, sino también por el crimen, los saqueos, los abusos… Gente mala que aprovecha las situaciones de inestabilidad e inseguridad para tomar ventaja y aprovecharse de otros… y los extranjeros de un grupo étnico diferente suelen ser un blanco mas buscado que otros.
E. A. Vosotros sois argentinos, pero fue la embajada española quienes os sacó del país ¿cierto? ¿Cómo fue todo eso?
S. G. Como mencioné, la embajada española nos sacó del país porque nosotros contactamos con nuestras embajadas en Egipto. No hay en Sudán. Les sugerimos que contactasen con la embajada española en Sudán y les pidieran ayuda para ayudarnos en este momento de crisis, y así lo hicieron. Al cabo de unos 3 días del comienzo del conflicto, recibimos una llamada del cónsul español, diciéndonos que necesitaban copias de nuestros pasaportes, nuestra ubicación, y diciéndonos que estábamos en la lista de personas para ser evacuadas, y que España nos ayudaría, a pesar de no ser españoles, sino latinoamericanos. Y estamos sumamente agradecidos por eso.
E. A. Supongo que estaréis agradecidos al gobierno de España y a las fuerzas armadas… Debe haber sido un alivio poder salir de Sudán…
S. G. Exactamente, estamos muy agradecidos a España, a sus fuerzas armadas… personas increíbles, sumamente generosas, compasivas… Nos trataron como si fuésemos españoles.
Llegado el día de la evacuación nos llamaron y nos pidieron que nos movilizásemos hasta la residencia del embajador, donde había unas 50-60 personas en el subsuelo. Fuimos caminando hasta la residencia, porque somos vecinos, nos queda cerca. Nos recibieron con cariño, nos dieron comida, agua… Nos trataron de maravilla, superbién.
Es destacable el nivel de humanidad, de calidez, de solidaridad, del equipo de la embajada de España en Sudán. Todos ellos, desde el embajador, el cónsul, y el equipo que allí estaba. Yo supe que ellos, los funcionarios de la embajada, cuando se congregaron en la residencia del embajador para proveer apoyo a ciudadanos españoles, y otros hispanohablantes, trajeron sus provisiones de alimentos… La comida que ellos tenían en sus casas, y comenzaron a racionarla para alimentar a quienes estuvieran refugiados en la residencia del embajador.
E. A. Cuéntanos cómo os pusieron a salvo hasta que llegasteis al avión, y cómo fue la experiencia del vuelo hasta llegar a España.
S.G. Estuvimos allí, en la embajada. Nosotros llegamos el domingo, a las 11h de la mañana, y allí estuvimos esperando en el subsuelo. Como a las 3h de la tarde se hizo un intento de evacuación. Empezamos a salir de la casa del embajador para subir a unos vehículos, pero se desató un episodio de violencia, y esa información llegó al equipo de la embajada, y a los coordinadores de seguridad, de modo que desactivaron rápidamente la evacuación y nos volvieron a enviar al subsuelo y a pedirnos que esperásemos. Y allí esperamos algunas horas más. Luego cerca de la puesta de sol, a las 6h de la tarde, lo volvimos a intentar y ahí sí pudimos evacuar exitosamente.
Nos subieron en vehículos. Cada vehículo tenía una bandera de la Unión Europea y banderas españolas. Y salió un convoy que tardó dos horas y media en llegar a un aeropuerto, una base aérea militar, al Norte de Jartum. Normalmente uno tardaría unos 30min en llegar, pero tardamos 2h y media debido al extenso recorrido y a los controles en el camino, organizados por las Fuerzas de apoyo rápido, y otros que eran del ejército de Sudán. Tuvimos que pasar esos controles, e incluso hubo un vehículo de la milicia que nos acompañó durante una parte del trayecto.
En el aeropuerto (base militar) había aviones militares de las Fuerzas del Aire españolas. Nos organizaron. Había ciudadanos de muchas otras nacionalidades, especialmente europeas. Abordamos el avión alrededor de 100 personas, entre ellos 37 italianos. Nos sentamos en el avión. Fue una experiencia maravillosa, un vuelo soñado, porque habíamos soñado esa oportunidad de tomar un avión y salir del país con seguridad, y Dios lo hizo posible, lo hizo posible a través de la embajada de España.
Volamos 2h y media hasta Yibuti, y allí cambiamos de avión a otro más similar a uno de pasajeros. Volamos unas 8 horas desde Yibuti hasta Madrid.
La experiencia fue muy feliz, de mucho alivio, de saber que estábamos a salvo. De ya no estar sintiendo tiroteos y explosiones. De ver humo y tener miedo durante 9 días y de pronto sentirnos seguros. Esa fue una experiencia extraordinaria.
Cuando llegamos a la base aérea de Torrejón de Ardóz, en Madrid. Nos recibió con mucha alegría el personal del ejército… Había allí personalidades del gobierno español… también estaban del consulado colombiano recibiéndonos. Fue una experiencia linda. Tomamos fotos, nos despedimos del embajador español y de todos los colegas que evacuamos juntos.
La Unión de la Iglesia Adventista en España nos recibió con mucho amor. La Asociación General se había coordinado con ellos.
Nuestra unión de Oriente Medio y Norte de África, estuvieron todo el tiempo, durante 9 días, 24h, haciendo un seguimiento y trabajando en la logística y apoyándonos, analizando distintas posibilidades de evacuación. Teníamos otras alternativas, pero la opción de la embajada española nos pareció la mejor, la más segura, y la más efectiva. Dios nos iluminó para que tomásemos esta opción.
E. A. Una vez en nuestro país, ¿dónde os alojaron y cómo fue la experiencia?
S. G. El pastor Óscar López, presidente de la UAE, nos recogió desde el consulado colombiano, nos llevó a un hotel, cerca del aeropuerto de Barajas donde estuvimos dos días recuperándonos. Durmiendo, comiendo… Hasta pudimos dar una vuelta por Madrid y conocer un poquito con la amable atención y servicio del pastor Jonathan Contero.
E. A. Hemos visto la noticia en la CNN de argentina, aunque el reportero es español ¿Cómo contactó contigo para la entrevista?
S. G. Sí, tuve una entrevista con el reportero Pau Mosquera, que trabaja para CNN en español. La embajada argentina en Madrid me dijo que fueron contactados por CNN Buenos Aires pidiendo mi contacto para hacer una noticia, y dije que sí. Entonces el reportero vino al hotel donde estábamos y tuvimos una conversación donde conté mi experiencia.
Mi mayor anhelo era poder agradecer, primeramente a Dios por su misericordia, su fidelidad y su tierno cuidado; a la iglesia adventista, a la familia mundial de la iglesia adventista, por las innumerables muestras de apoyo, oraciones, cariño y acompañamiento durante 9 días muy críticos en nuestra vida; y luego al gobierno español, por su amabilidad y su generosidad… por abrazarnos en un momento tan crítico de nuestra vida.
Y bueno, lo hice. Pude agradecer en la cámara. Desafortunadamente las palabras de gratitud que expresé no fueron incluidas en la nota que se publicó. Evidentemente, ellos publicaron lo que consideraron más importante desde su punto de vista, y no lo que yo consideraba importante. Lamento eso. Pero estoy sumamente agradecido, repito, a Dios; a la familia mundial de la Iglesia Adventista; a la Asociación General, a la Unión de Medio Oriente y Norte de África; a la Unión Española; y a todos los hermanos y hermanas que oraron por nosotros para que pudiésemos ser evacuados sanos y salvos; al embajador español en Sudán y todo su equipo; y al país de España, por todo. Por la enorme generosidad de habernos incluido y habernos salvado, sin nosotros ser españoles. Un acto de generosidad, de amabilidad, de compasión, digno de destacar y de imitar.
E. A. Vais a ir a El Cairo para tratar de ayudar a vuestros compañeros de Sudán ¿cómo pensáis hacerlo?
S. G. Sí, vamos a ir a El Cairo. Ahora mismo me encuentro por abordar el avión. Retornamos a la sede de nuestra misión en El Cairo, donde necesitamos conversar con nuestros líderes acerca de lo que ocurrió; acerca del presente y del futuro a corto y mediano y largo plazo, tanto para nosotros como para la iglesia en Sudán. Para los que se quedaron allí. Analizaremos qué puede ser hecho para apoyar a nuestros amigos, a nuestros miembros del equipo y a nuestros hermanos de iglesia. No sabemos cómo vamos a poder ayudar. En este momento es muy difícil.
Nos gustaría comenzar una campaña de recolección de dinero para que, en el momento que sea posible enviar ayuda humanitaria… alimentos, medicación… La gente necesita sobrevivir. Nuestros hermanos de la iglesia, obreros bíblicos, pastores, líderes de las iglesias, están luchando para tener comida cada día. Eso me duele mucho en mi corazón, y lamento no poder estar allí, no poder ayudarles. Hicimos lo mejor que pudimos cuando estuvimos allí… Dejamos algo de dinero que teníamos para que sea distribuido entre algunos, pero no fue suficiente. Entonces, intentaremos iniciar algún esfuerzo de apoyo económico, recolectar fondos, y en algún momento creemos que los caminos se abrirán para poder ayudar. Eso es lo que deseamos y pensamos hacer.
E. A. ¿Volveréis a Sudán como misioneros? ¿Qué planes de futuro tenéis ahora?
S. G. Personalmente anhelo volver a Sudán algún día como misionero. Pero no sé cuándo… Si será en un futuro cercano o un futuro lejano. Algún día esperamos volver a Sudán. No nos gusta haber tenido que salir así, repentinamente. No nos hemos podido despedir de la gente. Tuvimos que salir sin querer salir, y por lo tanto uno queda triste. No podremos volver si las condiciones de seguridad y su política no son las adecuadas. Lo más cerca que podemos estar de Sudán ahora mismo es Egipto, y desde allí vamos a ver qué podemos hacer para brindar apoyo en la distancia. Tal vez trabajar con los miles de sudaneses que han salido de Sudán hacia el Norte y han llegado a Egipto. Tal vez sea una oportunidad de ministerio allí. Y bueno, orando y esperando que Dios intervenga en este país y traiga paz.
Gracias por la oportunidad de poder compartir con la Iglesia Adventista en España. Gracias a la Unión Española, por habernos recibido a través de la persona de su presidente, el pastor Óscar López, con tanta amabilidad, tratándonos como familia realmente. Es increíble el amor, la amabilidad, que hemos recibido de ustedes. Así que… Mucha gratitud. Que Dios los bendiga.
Gracias por este testimonio que afirma nuestra fe, Dios es bueno y sus promeas ciertas y verdaderas. La Gloria sea a Dios.
Es emocionante leer y escucharte como Dios cuido de ustedes.
Un testimonio de fe.
Seguimos orando por la paz en Sudán.
Sebastián agradecidos a Dios estamos al leer tu testimonio, ver cómo obra en la vida de sus hijos fieles , orando para que los siga cuidando y bendiciones, saludos y un fuerte abrazo te mando desde tu querido Neuquén.
Dios es real y bueno con cada uno de sus hijos nunca nos deja solo cumple sus promesas nos ama con un amor verdadero y leal grande es su misericordia amén y amen
Dios nunca falla su amor es eterno y para siempre q el todo poderoso continúe bendiciendo este hnoo y a su familia
Así es, Delia. Dios siempre está con nosotros. Bendiciones.