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Más de 100 personas acudieron, el pasado 5 de enero de 2019, a la tradicional cena de la iglesia de Las Fuentes, en Zaragoza. Una cena especial coordinada por el Departamento de Familia, a la que suelen acudir más del 20% de personas no adventistas. Una cena repleta de cariño y detalles, en la que todos tienen un papel fundamental. 

Una de las funciones más entrañables de la iglesia es la de hacer familia. Una familia que, en muchas ocasiones, suple las carencias de los lazos de sangre. Familia unida por el regalo de la Salvación y la promesa de la eternidad. Una familia que cree más en compartir ministerio, tiempo y cariño, que en dividir por franjas de edad o circunstancias personales. 

Una cena especial, con más de 100 invitados

Y es con esta base que desde hace ya algunos años, la iglesia adventista de Las Fuentes, en Zaragoza, organiza una cena anual en la que nuestro salón de adoración se convierte en un hogareño salón de convivencia familiar, donde compartir mesa y mantel con todos. Con los de siempre, los que vemos y amamos cada sábado; pero también con amigos y familiares adventistas o no. Algunos de nuestros invitados no han faltado a ninguna cita desde que empezamos. En estos momentos podemos acoger a 110 comensales (antes 120) más los camareros y equipo de cocina que no ocupan silla; en ocasiones hemos llegado a ser casi 150 personas.

Este año hemos tenido un 20% de visitas no adventistas, además de hermanos de otras congregaciones, pero ese porcentaje ha llegado a rozar el 40% 

Así que estamos convencidos de que esto, por supuesto, es Ministerio Personal y así lo enfocamos. 

Cada año decoramos lo mejor que podemos mesas, techo y paredes, para que cada persona que venga a nuestra “casa” se sienta bien recibida y en un ambiente lo más cálido posible.

A lo largo de estos años hemos reído juntos, hemos alabado juntos (porque en ningún momento deja de ser un lugar de adoración), hemos participado en dinámicas, hemos hecho amigos, y  hemos atendido necesidades de diversos tipos. Todo ello sentados alrededor de una mesa, bien decorada, repleta de viandas. 

El menú

En esta ocasión el menú consistió en una Crema de boniato y calabacín con picatostes y semillas de calabaza; un Risotto de setas variadas y un Trifle de manzana caramelizada con toque de canela y jengibre. Platos deliciosos con los que deleitamos a nuestros invitados, a la par que les trasladábamos el mensaje de que la comida vegetariana puede ser exquisita, a la par que saludable.

Todos tienen una misión

En esta familia tan especial todos tienen una misión durante la cena. Cada uno es importante, ninguno más que otro. Desde quien cocina, hasta quien sirve la mesa ( habitualmente nuestros jóvenes y pioneros), pasando por quien decora; el que lleva la pequeña meditación de inicio; quienes compran; los que invitan; los que tratan con cariño y agradecimiento al jovencito que sirve la cena; quienes atienden a los invitados y les hacen sentir en su casa… Cada gesto cuenta, cada actitud fortalece esos lazos familiares. 

El privilegio de construir una iglesia unida y feliz

Desde el Departamento de Familia cada año preparamos nuestra cena con ilusión y con la mente puesta en esa mesa enorme que compartiremos en la Cena del Cordero.

Es un enorme privilegio ver una iglesia unida y llena de gente feliz. Deseamos que nuestra experiencia os sea útil. Que el Señor nos inspire para encontrar las mejores formas de cumplir nuestra misión con compromiso, cariño y alegría.

Finalmente, damos gracias al Señor por cada oportunidad que pone ante nosotros de compartir Su amor. Y nos comprometemos, con Su ayuda, a seguir haciendo familia aquí, para disfrutarla a Su lado por la eternidad.

Delia Cañadilla. Responsable Dpto. Familia Iglesia Las Fuentes

 

Revista Adventista de España