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En estos tiempos de pandemia, nuestro mundo, caracterizado por la libertad de movimiento y acción se ha visto limitado por los estados de alarma con sus correspondientes confinamientos, distancia de seguridad y todas las medidas higiénico sanitarias exigidas para evitar la expansión del virus.

Como se nos ha informado por los medios de comunicación, la población que más ha sufrido las consecuencias de dicha pandemia han sido las personas mayores, principalmente las que residen en residencias de ancianos o geriátricos. Por ese motivo, los que trabajamos en dichos centros, desde el primer momento hemos seguido las medidas cautelares para tratar de proteger a las personas que están a nuestro cuidado.

Así se ha hecho en la Residencia Maranatha. Gracias a esas medidas de precaución ha sido un centro limpio, o mejor dicho una “Residencia Verde”, como lo definen las autoridades sanitarias.

El eco que ha sonado durante todos estos meses es que “Dios cuida de la residencia”. En todo este tiempo hemos recordado y pedido a Dios el cumplimiento de la promesa del Salmo 91:10 “No te sobrevendrá mal, ni plaga tocará tu morada”

Durante estos meses hemos tranquilizado a nuestros mayores con esta hermosa y oportuna promesa; así también hemos agradecido a Dios por su protección cada día en las reuniones espirituales que celebramos todos los días, como son las matutinas y la escuela sabática.

A lo largo de estos diez meses hemos dado testimonio a los ancianos, sus familiares y trabajadores del centro, del cuidado protector de Dios. Por amor a Su nombre hemos sido protegidos.

Ancianos y personal contagiado por la Covid-19

Pasados estos diez meses las cosas han cambiado. Debido a la velocidad de expansión de la pandemia, el virus también ha entrado a nuestro centro. Desde apenas unas pocas semanas hemos dejado de ser una residencia verde, ahora formamos parte de la categoría roja. En apenas unos pocos días, varios de nuestros ancianos se han contagiado por coronavirus.

Durante meses se ha ido preparando y entrenando al personal sobre cómo actuar en caso de que entrara el virus. Por ello, desde el primer caso, ya se han tomado las medidas extremas de protección y seguridad exigidas.

Debido a las características de la residencia de ancianos, la expansión del virus es veloz. En estos momentos tenemos una veintena de abuelos contagiados, y algunos trabajadores. Pero seguimos agradeciendo a Dios porque todos tienen la carga viral muy baja. Ninguno tiene síntomas, y hasta ahora nadie ha evolucionado negativamente.

Agradecemos de todo corazón a nuestra iglesia de España, porque sabemos que está orando por la Residencia Maranatha, y pedimos que por favor lo siga haciendo. No sólo para que se preserve la salud y la vida de nuestros mayores, sino sobre todo, por testimonio de nuestro Dios.
Que las familias, trabajadores y los que nos rodean puedan ver a través de la situación que estamos atravesando, el amor y protección de Dios, tal y como lo expresa el Salmo 91:15  “Me invocará, y yo le responderé; Con él estaré en la angustia. Lo libraré y le glorificaré”

Si tienes formación en enfermería, y estás dispuesto/a a trabajar en la Residencia en estos momentos, contacta con: rrhh@residenciamaranatha.org

Autora: Lourdes Estalayo, capellán de la Residencia Maranatha

 

Revista Adventista de España