Ha pasado un año desde que los conflictos estallaron en todo el país, separando familias y forzando a cientos de miles a huir de sus hogares. Las calles se llenan de los sonidos desesperados de aquellos que buscan seguridad de cualquier forma: a pie, en coche o en motocicletas. La mayoría se dirige hacia la capital, Beirut. En este tiempo de crisis, las iglesias y ministerios de la Iglesia Adventista están respondiendo al llamado de dar ayuda y esperanza.
«Líbano está en crisis, la oscuridad en el país es real. No hemos visto desafíos como estos desde 2006», compartía el Pr. Rick McEdward, presidente de la IASD en la Unión del Medio Oriente y Norte de África. Con la voz llena de emoción, continuaba diciendo: «En este momento, la Iglesia Adventista del Séptimo Día, junto con otras ONG y denominaciones, está llamada a ser luz en la oscuridad. Ofrecemos a las personas, sin importar afiliación religiosa o política, un rayo del amor de Dios. Ellos necesitan ver al Dios real, que es un Dios de amor. Compartir esperanza y amor es la motivación de nuestros equipos, quienes están haciendo tanto en este momento».
La Universidad de Medio Oriente (MEU) + Iglesia Universitaria de la MEU: Un pack de ayuda conjunta
MONTE LÍBANO
Cada día, al amanecer y al atardecer, un grupo dedicado se reúne en el Auditorio de la MEU, uniendo sus voces en ferviente oración, tanto por la paz en Líbano como para poder ser las manos y los pies de Jesús. Este acto de fe establece el tono de su misión de misericordia. Tras un tiempo de oración, el grupo se traslada a la cafetería, donde preparan más de 100 sándwiches para familias que no saben de dónde vendrá su próxima comida.
Una joven estudiante, con los ojos brillando, comparte: «En lugar de quedarnos en casa, sintiéndonos impotentes ante esta crisis, el Espíritu Santo nos inspiró a compartir artículos esenciales y comida con quienes lo necesitan. Preparar un sándwich puede parecer simple, pero saber que traerá un momento de alegría a alguien que ha perdido tanto me motiva a hacer muchos más. Es un acto pequeño, pero está lleno de amor».
El Pastor Andy Espinoza, líder de la Iglesia Universitaria de la MEU, afirma su compromiso: «Nuestra misión es orar y trabajar. Con la gracia de Dios, continuaremos mientras la necesidad persista, y mientras el Señor provea los medios».
Más que comida
Los esfuerzos de este equipo dedicado van más allá de las comidas. Recolectan donaciones para comprar suministros esenciales como leche en polvo, agua, toallitas húmedas, pañales y productos de higiene femenina, artículos que se convierten en preciadas comodidades en tiempos de desplazamiento.
Estudiantes, padres, maestros y miembros de la comunidad trabajan juntos, ocupando sus manos y uniendo sus corazones. Saben que estos paquetes de ayuda no solo traerán alivio físico, sino también un toque de consuelo a aquellos que han visto sus vidas desmoronarse. Una vez listos los paquetes, un pequeño equipo valiente navega por las calles de Beirut para entregar alimentos y suministros a quienes ahora llaman hogar a las aceras.
Centro de Aprendizaje Adventista (ALC): Compasión y amor, tal como hacía Jesús
GRAN BEIRUT
Cada mañana, al amanecer en un Beirut tenso, el personal, voluntarios y estudiantes del Centro de Aprendizaje Adventista se embarcan en una aventura. No saben qué traerá el día, pero sí saben que Jesús estará con ellos, dándoles la gracia que necesitan para ser luces que brillan en un lugar oscuro. Se envían varios coches para recorrer las calles de la ciudad, ya sea recogiendo mujeres y niños necesitados y llevándolos al Centro, donde se satisfacen sus necesidades básicas, o distribuyendo una de las 300 comidas preparadas cada día por el equipo de cocina.
Aquí, en medio del caos de sus vidas alteradas, disfrutan la simple dignidad de una ducha, el consuelo de ropa limpia, el sustento de comidas calientes y el alivio de la atención médica básica. Son bendiciones que muchos nunca esperaron encontrar después de huir de sus hogares y dejar atrás todo lo que alguna vez conocieron.
Una voluntaria compartió una historia que encapsula el corazón de su labor. Una niña de 4 años llegó con sus padres, su pequeño cuerpo temblaba de miedo, su piel marcada por la enfermedad y cubierta de suciedad. Esta niña sufre una afección en la piel causada por problemas hepáticos, y en su apresurada huida, la familia olvidó su medicamento vital. «Por la gracia de Dios», cuenta la voluntaria, «pudimos conseguir la crema que necesitaba». Sus ojos se llenaron de lágrimas. «Parecía un pequeño milagro en medio de tanta dificultad».
Escuela Adventista de Mouseitbeh: Un refugio en el corazón de Beirut
BEIRUT
En el bullicioso corazón de Beirut, la Escuela Adventista en Mouseitbeh (ASM) se ha convertido en un santuario para más de 300 personas desplazadas. Familias que lo han perdido todo encuentran refugio dentro de las paredes de la escuela, cuyos salones sirven ahora como refugios temporales de la tormenta que ruge afuera.
Atender a 300 personas en un lugar donde la infraestructura no está diseñada para manejar tantas personas es un desafío monumental. La fontanería, los sistemas eléctricos y los espacios habitables de la escuela se están llevando al límite. Sin embargo, el Task Force de ASM enfrenta estos desafíos con notable gracia y eficiencia, y los esfuerzos incansables hacen que lo imposible parezca manejable.
«Así vivimos nuestra fe», dice el Dr. Elias Choufani, el director de la escuela, sus ojos reflejando el cansancio de noches sin dormir y la determinación inquebrantable de continuar. «No se trata solo de proporcionar refugio; se trata de preservar la dignidad y encender la esperanza en los tiempos más oscuros».
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ADRA Líbano: Proporcionando alivio inmediato desde el día cero
EN TODO EL PAÍS
El último año ha traído una ola de desafíos para los trabajadores de ADRA Líbano, quienes han estado en la primera línea, sus corazones y manos extendidas a quienes han perdido todo. Más allá de distribuir vales de comida o suministros de limpieza, han continuado ofreciendo algo mucho más precioso: esperanza.
«Estas son nuestras personas», comparte Jessy Challita, Coordinadora de Proyectos de ADRA Líbano. «Tenían hogares, empleos e ingresos. Ahora enfrentan una realidad completamente nueva y aterradora. Lo han perdido todo». Las palabras de Jessy resuenan con un llamado poderoso a la acción: «Es en tiempos de crisis cuando nuestra humanidad compartida se convierte en nuestra mayor fortaleza». A través de la dedicación incansable de ADRA Líbano, vemos el verdadero significado de la compasión en acción, siendo una luz de esperanza en los momentos más oscuros.
Iglesia Adventista del Séptimo Día de Bechmizzine: Manos dispuestas que traen consuelo
NORTE DEL LÍBANO
Durante más de 10 días, la Escuela e Iglesia Adventista del Séptimo Día en la comunidad montañosa de Bechmizzine han sido un refugio para más de 130 personas que buscan escapar del bombardeo y la destrucción. Las noches son insoportablemente frías y la falta de ropa de cama adecuada agrava el peligro de enfermedad. Trabajando incansablemente para proporcionar lo básico, los miembros de la iglesia de Bechmizzine están haciendo todo lo posible por asistir a los desplazados, usando sus ahorros, pidiendo ayuda y creando conciencia en la comunidad.
La Iglesia Adventista del Séptimo Día y sus ministerios: una Iglesia unida y solidaria
«Como adventistas, estamos en busca de un lugar mejor, no construido por manos humanas, pero también creemos en hacer de este mundo un lugar mejor o más tolerable mientras estamos en él», concluye el Pr. Rick McEdward. La Iglesia Adventista del Séptimo Día en Líbano, empoderada por el Espíritu Santo, trabaja sin descanso, a pesar del miedo y la tensión que enfrenta el país a nivel nacional. Se necesitan oraciones para que los corazones se ablanden y se vea la luz del amor de Dios inundando este país.
Autor: Middle East and North Africa Union. Traducción de Esther Azón, coeditora y redactora de revista.adventista.es
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