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La sección del Club de Exploradores (para niños y niñas de 6 a 15 años) del área de Juventud de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en España (JAE) organizó en el Albergue de Alarcón, Cuenca, del 2 al 5 de mayo, un encuentro nacional de clubes, llamado ‘Camporé’.

Durante todo el año, los clubes de exploradores de todas las congregaciones adventistas en España han trabajado los diferentes aspectos del crecimiento equilibrado: físico, mental y moral, entorno a la temática propuesta durante la Convención de Directores de Clubes, a principio del año eclesiástico, en septiembre. El tema de este año fue: ‘Fiel hasta el final’, del libro bíblico de Ester. Finalmente, en la fecha prevista, JAE organiza un gran encuentro, en el que cada club muestra a los demás sus progresos.

Los casi 800 participantes del Camporé de este año se organizaron en mini-campamentos de tiendas, según cada club. En cada zona donde había un club se notaba que los chicos cuidaban de cada detalle de su propio campamento: orden, limpieza, presentación de tiendas, nombre de su club a la entrada, etc. Una gran carpa blanca era el nexo central de las actividades conjuntas y de las reuniones matutinas y vespertinas.

Fernando Bacuilima, pastor del distrito de Zaragoza, comentó: ‘Cuando llegamos el jueves por tarde fue espectacular mirar la cantidad de tiendas perfectamente armadas y distribuidas. Algunos clubes se habían esforzado muchísimo en cada detalle de su campamento, con sus divisiones, con el respectivo nombre del club al que pertenecían… El ambiente previo al inicio era como si se avecinara una fiesta en todo su esplendor. Me venía a la mente las fiestas del pueblo de Israel que la Biblia describe, sobre todo cuando se celebraban en el campamento de Israel en el desierto. Al final del camino se apreciaba una impresionante carpa blanca en la que se desarrollarían las diversas actividades’.

Después de la ceremonia de inauguración, y a lo largo del fin de semana, se sucedieron talleres desde equitación, pasando por escalada o el taller de reciclaje, hasta el kin ball o el taller de pintura.

Fernando comentó: ‘Fueron días inolvidables tanto para los chicos y chicas como para los monitores. Desde estas líneas quisiera agradecer por el trabajo que vienen desempeñando las personas que están al frente de los exploradores a nivel nacional durante estos últimos años, así como a los equipos y a las diferentes comisiones por eventos de esta naturaleza. Nos ayudan a crecer y nos brindan un espacio en el que los chicos y monitores pueden aprender en la naturaleza cómo acercarse a Jesús de la manera más práctica posible’.

Fernando concluyó: ‘Sé que tenemos como dirigentes juveniles un arduo trabajo, el mismo que consiste en retener y cuidar a la niñez y juventud de la Iglesia, a la vez que mediante estos eventos y los que realizamos en nuestros clubes debemos reforzar el conocimiento de Cristo en sus vidas, sin olvidar que nuestra principal tarea es el rescatar y ayudar a los niños y jóvenes que forman parte de nuestro entorno, si cumplimos con estas tareas, encontraremos sentido a la siguiente frase: “La mayor necesidad de las iglesias es la niñez y la juventud creciendo en Cristo”.

Imagen: Instantánea del Camporée / José Luis Ramos y Ana Riveira.

Revista Adventista de España