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El postulado protestante de Sola Scriptura (solo la Biblia) elevó la Escritura como criterio único y fuente concluyente para la teología. En contraste con la teología católicorromana, que enfatizaba las Escrituras y la tradición, la fe protestante enfatizaba la palabra clave “sola”; es decir, solo las Escrituras son la autoridad final cuando se trata de asuntos de fe y doctrina.

Fue la Biblia lo que le dio fuerza y autoridad decisivas a la Reforma Protestante, y su revuelta contra Roma y los errores que había estado enseñando durante siglos. Confrontados con una interpretación alegórica de la Escritura, donde se inferían muchos significados diferentes del texto bíblico, los reformadores protestantes enfatizaron la importancia de una interpretación gramatical-histórica de la Biblia, que consideraba seriamente la gramática y el significado literal del texto bíblico. Esta semana consideraremos el principio de Sola Scriptura con mayor detalle. Descubriremos que Sola Scriptura implica algunos principios fundamentales de interpretación bíblica que son indispensables para una interpretación adecuada de la Palabra de Dios.

PARA MEMORIZAR: “Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón” (Heb. 4:12).

LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: 1 Corintios 4:1-6; Tito 1:9; 2 Timoteo 1:13; Marcos 12:10, 26; Lucas 24:27, 44, 45; Isaías 8:20.

Revista Adventista de España