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Por desdicha, en esta era posmoderna, la Biblia se ha reinterpretado principalmente desde la óptica de una filosofía que cuestiona tanto su inspiración como su autoridad. De hecho, la Biblia se entiende simplemente como un conjunto de ideas de gente que vivió en una cultura relativamente primitiva y que posiblemente no podría entender el mundo como lo entendemos hoy. Al mismo tiempo, el elemento sobrenatural se ha minimizado o hasta eliminado del cuadro. Esto convierte a la Biblia en un documento que, en vez de ser la opinión de Dios sobre el hombre, se ha transformado en la opinión del hombre acerca de Dios. Y el resultado es que, para muchos, la Biblia se ha vuelto prácticamente irrelevante en una época de pensamiento darwiniano y de filosofía moderna. Sin embargo, nosotros rechazamos totalmente esa postura. Al contrario, en el Nuevo Testamento podemos ver la forma inspirada de considerar toda la Escritura al estudiar de qué manera Jesús y los apóstoles la interpretaron.

PARA MEMORIZAR: “El respondió y dijo: Escrito está: No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios” (Mat. 4:4).

LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Mateo 4:1-11; 22:37-40; Lucas 24:13-35, 44, 45; 4:25-27; Hechos 4:24-26.

Revista Adventista de España