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Entre otras razones para encarnarse, Jesús vino a mostrarnos cómo es Dios. Él hizo esto mediante sus enseñanzas, su sacrificio y su vida; es decir, con su forma de interactuar con la gente común. Muchas cosas que hizo provocaron cambios inmediatos y tangibles en la vida de los demás.

Este aspecto del ministerio del Mesías había sido predicho por los profetas del Antiguo Testamento; por María, la madre de Jesús; e incluso por el mismo Jesús cuando definió su misión en el primer sermón que está registrado (Luc. 4). Además, los autores de los evangelios, mientras narraban la historia de Jesús, a menudo utilizaban el lenguaje de los profetas del Antiguo Testamento para explicar lo que él hacía. De esta manera, la vida de Jesús se ve claramente en la tradición de estos profetas, incluida su compasión por los pobres y los oprimidos.

Revista Adventista de España