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Aunque el programa especial del «Día Internacional de oración» del Ministerio de la mujer será en el mes de marzo, algunas iglesias lo han celebrado ya. Es el caso de las iglesias adventistas de Valencia-Vives y Denia (Alicante).

M. Mujer en Valencia – Vives

En Valencia – Vives la actividad se realizó a lo largo de todo el día, contando con la membresía de la iglesia y el apoyo de las iglesias de Timoneda y Sagunto.

Servicio de adoración del sábado por la mañana

En el culto de adoración participaron, desde la plataforma, las directoras del Ministerio de la mujer de las tres iglesias mencionadas. El momento infantil estuvo a cargo de la directora nacional del Ministerio de la mujer, Mercedes Martínez Bou.

La parte especial fue muy emotiva, porque las hermanas Mayalene y Anma Mercier entonaron un canto de alabanza, invitando a participar a las integrantes del grupo con quienes lo cantaban en su adolescencia.

El mensaje central estuvo a cargo de Mayalene Marcier. A través de ella, el Señor nos instó a creer que la oración tiene poder y no dudarlo; que transforma nuestras vidas, y que logra cosas increíbles. A demás, siempre debemos orar, en cualquier lugar, pidiendo y aceptando la voluntad de nuestro Padre celestial.

Comida fraternal para mujeres

Al finalizar el servicio de la mañana, se invitó a todas las mujeres a quedarse en la iglesia a comer. Juntas, compartieron los alimentos provistos por la responsable de la organización del programa: la directora del Ministerio de la mujer en La Iglesia de Vives, Jani Antonia Santos, y su equipo.

A continuación se realizó una hermosa dinámica de socialización dirigida por nuestra hermana Mercedes Martínez, que nos ayudó a conocernos mejor entre nosotras. Conocer nuestras necesidades, el papel que tenemos como mujeres adventistas y la función del departamento.

Seminario por la tarde

Por la tarde se realizó el seminario de: «Ideas prácticas para una vida de oración transformadora», dirigido también por nuestra hermana Mercedes.
El seminario comenzó con una pequeña disertación y luego, en grupos de trabajo, analizamos un material impreso. Culminamos con una oración, para luego exponer cada faceta de la oración y cómo en cada una se pueden implementar actividades prácticas y fortalecedoras. Oramos nuevamente en grupo y, a la salida, nos despedimos con una merienda.

Agradecemos a nuestro amado Dios por tener como instrumentos a mujeres valiosas, que trabajan a través del Ministerio de la mujer. Y también por tan enriquecedor programa para beneficio de toda la iglesia.

Autora: Sandra Orozco
Fotos: Jani Santos

 

M. Mujer en Denia

En Denia contaron con el apoyo de la hermana Sara Hernández Venencio, quien forma parte del equipo de trabajo del Ministerio Nacional.

Las conversaciones y la oración

El culto estuvo a su cargo con el tema: «Transformadas por la oración». Sara comenzó con una reseña sobre Hedy Lamarr, mujer austriaca, actriz de cine, ingeniera e inventora. Nacida en noviembre de 1914, fue co-inventora con George Antheil de la primera versión del espectro ensanchado que permitiría las comunicaciones inalámbricas de larga distancia. Lo que hoy conocemos como WI-FI.

Seguidamente, la hermana nos llevó por los diferentes tipos de conversaciones que tenemos los seres humanos. Conversaciones, incluso con aparatos electrónicos (como Google, Siri, Alexa). También las conversaciones convencionales, que tenemos con nuestro prójimo cara a cara; las que hacemos por texto a través de las redes sociales y los correos electrónicos; y, finalmente, nos llevó a darnos cuenta de la oportunidad maravillosa que tenemos de conversar con Dios a través de la oración.

Taller «La oración transformadora»

Por la tarde la hermana Sara nos integró en un taller denominado «La oración transformadora», en el cual nos condujo por estaciones de gratitud, confesión, promesas y compartir.

También nos exhortó a reflexionar sobre el Dios en quien creemos; que no es como un ser humano más. Quizá justamente por esa razón es que con Él no necesitamos ir de puntillas cuando le hablamos. Tenemos todas las garantías de tener al interlocutor más dispuesto a comprendernos; a escucharnos sin juzgarnos; a aconsejarnos cuando estamos dispuestas o dispuestos a escucharle; a acompañarnos en silencio, permaneciendo a nuestro lado cuando estamos rotos o rotas y nuestra mente está cerrada; a contenernos en el abrazo del encuentro; e incluso sin palabras, cuando el cansancio no nos permite expresarnos.

Porque con Él tendremos una relación constructiva, en la que hasta los silencios contarán positivamente. Esas conversaciones con Dios pueden cambiar tu vida, porque de ellas surgen acciones, posibilidades o propósitos. Hay conversaciones que nos transforman. Eso es la oración.

El objetivo del Señor es transformarnos a su imagen, para que otras personas conozcan su carácter de amor.

«Por nada estéis estresados o estresadas; antes bien, en todo, mediante oración y súplica con acción de gracias, sean dadas a conocer vuestras peticiones delante de Dios. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús». (Filipenses 4: 6-7)

Autora: Maria Piedad Martinez Gonzalez.
Fotos: Pía y Mihaela

 

Revista Adventista de España