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El Día de Impacto en Vitoria-Gasteiz estaba previsto, como en el resto de España, para 04 de mayo, que fue un día soleado y con buena temperatura. Sin embargo, por tema de convocatorias municipales, ese día se pasó al 18, un día con pronóstico de lluvias. La iglesia oró y el Señor actuó, ¡y de qué manera!

Así fue. A causa de las convocatorias municipales no fue posible conseguir el permiso del Ayuntamiento para realizar el día de impacto el 4 de mayo y la fecha quedó pospuesta para el 18, un día lluvioso. Sin embargo, el pronóstico de mal tiempo no desanimó a los hermanos quienes, con muchas ganas, oraron y  salieron a compartir diversas publicaciones, realizaron actividades y atendieron la carpa y a las personas que se acercaban.

El consejo de iglesia había aceptado el pedido del director de Ministerio Personal, William O., para que todos los departamentos y los miembros se involucraran en la salida para compartir el libro El conflicto de los siglos y otros materiales preparados para el Día de Impacto, incluso cerrando por la tarde la iglesia.

La decepción de que no se podía llevar a cabo la actividad el día 4 fue un poco frustrante. Pero eso era solamente porque desconocíamos los planes del Señor. Nos estaba guardando algunas sorpresas.

18 de mayo: pronóstico de lluvias

Pospusimos el Día de Impacto para el 18 de mayo. Un día en el que la previsión meteorológica pronosticaba lluvias, sobre todo por la tarde, con un incremento de un 80% justo a la hora prevista para las actividades de impacto. Sin embargo, la iglesia no se rindió. Después de orar, decidimos seguir adelante confiando en que el Señor, que todo lo puede, haría algo al respecto.

Durante estos días previos, en el grupo de oración matinal por Zoom, organizado por nuestro anciano, el hermano Juan José A., comenzamos a orar y a pedir al Señor que nos ayudara a que pudiéramos llevar a cabo esta actividad el día 18 de mayo, a pesar del mal tiempo previsto.

LLuvias, sí, pero de bendición

Y cuando el pueblo de Dios ora, el Señor responde. Vinieron todos los exploradores con algunos padres, amigos y hubo una maravillosa participación de los hermanos que colaboraron desde el local elegido para el encuentro. Los exploradores expusieron una muestra de nudos, que llamó mucho la atención de los niños, a los que después del primer contacto, se les regalaba la revista «El Desierto inundado» preparado por MIAF, para que los más pequeños también pudieran compartir a Jesús, mientras que los adultos hacían su parte con los transeúntes adultos.

La experiencia vivida fue asombrosa para todos: desde la participación masiva de la iglesia, hasta la entrega de todo el material preparado, pasando por el gran milagro vivido por los asistentes. El pronóstico  prometía lluvia, pero el Señor, con su magnificencia, permitió que, según testimonios, después de la entrega del último libro, pasados como mucho unos diez minutos, diluviara sobre Vitoria. El Señor contuvo las aguas hasta que terminamos nuestra labor. ¡Gloria a Él por eso!

Agradecemos al Señor, y a todos los departamentos de nuestra iglesia por su colaboración. Gracias a los hermanos que decidieron salir de su zona de confort para compartir un poco de «agua viva» a los moradores de Vitoria. También destacamos la labor del Club de Exploradores, y agradecemos a sus líderes, monitores, padres, niños y jóvenes, por su compromiso.

Tal como en Burgos, identificamos que, al menos aquí, los más jóvenes están más abiertos a recibir literatura de regalo que los adultos y los mayores.

Nuestros propios Días de Impacto mensuales en Vitoria

Testimonio: Al participar del Día de Impacto, los impactados hemos sido nosotros. Motivados a salir y a compartir a Cristo. Hemos sentido tanto la presencia del Señor que nos hemos propuesto hacer, por lo menos, una salida al mes para hacer nuestros propios Días de Impacto por Vitoria. Alabamos y agradecemos al Señor, orando para que este entusiasmo sea contagioso y permanezca en el tiempo hasta que hayamos terminado la obra y Jesús regrese para llevarnos con Él a las moradas eternas.

¡Maranata!

Autor: Amarildo Guimarães Souza, pastor de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en España. 
Imágenes: William Olay y Luz Dary Martínez.

Revista Adventista de España