Skip to main content

«Entonces Elías dijo a Acab: “Sube, come y bebe; porque ya se oye el ruido de la lluvia”» (1ª de Reyes 18: 41).

Elías oró. El fuego cayó. La gente exclamó:

–¡Jehová es el Dios, Jehová es el Dios!

Pero la tierra todavía estaba tan seca como el polvo del desierto. Es posible que Elías haya raspado su sandalia en la agrietada tierra, pensando. Quizás miró a su alrededor por un momento. Las consecuencias de tres años de sequía y de muerte estaban por todas partes: arbustos secos arremolinándose en la montaña, árboles secos que no daban sombra, huesos dispersos de todas las criaturas que no sobrevivieron luego de que los arroyos se secasen. Es probable que Elías haya recordado cuando la Palabra del Señor vino a él, en Sarepta: «Ve, muéstrate a Acab, y yo haré llover sobre la faz de la tierra» (1ª de Reyes 18: 1). Había llegado la hora de la lluvia prometida.

Elías se acercó al rey Acab. El profeta sabía que caminar por fe no se limitaba a pedir fuego del cielo. Con autoridad, confiando en la palabra de Dios, Elías ordenó a Acab: «Sube, come y bebe; porque ya se oye el ruido de la lluvia» (versículo 41).

Imagínate a Acab, con las cejas arqueadas y el rostro elevado hacia el cielo, en busca de alguna señal de lluvia. No había ninguna. Agudizó su oído, pero solo escuchó los vientos inquietos sobre las rocas. Podría haber reflexionado: «¿Por qué Elías me está pidiendo que coma y beba? No hay nada que celebrar. No veo ni escucho nada que siquiera insinúe que se acerca la lluvia».

Pero Elías se mantuvo firme, obviamente esperando que el rey obedeciera y celebrara la lluvia, que aún no había caído. El rey, acostumbrado a imponer obediencia, obedeció. Pronto, comenzó la fiesta. «Acab subió a comer y a beber. Pero Elías subió a la cumbre del Carmelo y, postrándose en tierra, puso el rostro entre las rodillas» (versículo 42).

Elías se humilló ante Dios, y oró con la expectativa de que Dios enviara lluvia, tal como había enviado fuego, inmediatamente después de una oración de fe.

Medita

«Cuando los hombres sean tan consagrados como Elías y posean la fe que él tenía, Dios se revelará como entonces. Cuando los hombres eleven súplicas al Señor como Jacob, se volverán a ver los resultados que se vieron entonces. Vendrá poder de Dios en respuesta a la oración de fe» (Elena de White, La oración, página 70).

En la práctica

  1. Escribe cuál ha sido tu experiencia personal con la fe, a lo largo de tu vida. Recuerda tus victorias y tus derrotas. Luego, entrégale tu vida a Dios y pídele que siga produciendo en ti fe.
  2. ¿Quién de tu entorno necesita un milagro? Ora con fe pidiéndole a Dios que obre en la vida de esa persona.

Participa en las reuniones por Zoom

Cada miércoles de estos 40 días, tendremos un encuentro por Zoom (6:30 AM).

Tema: Vive como Elías – 40 Días de Oración 2025
Cada semana, el miércoles.
Únete a la reunión de Zoom:
https://us02web.zoom.us/j/87603273658?pwd=WqRTlihGm778cuKW8GbCvOqGVYzk5J.1

ID de reunión: 876 0327 3658
Código de acceso: 223988

Leave a Reply