Desde 1980 ADRA, la Agencia para el Desarrollo y Recursos Asistenciales está presente en España, pero fue justo después de la Primera Guerra Mundial cuando se estableció un comité de ayuda a Europa a causa de los desastres producidos por la contienda.
Desde entonces ADRA ha estado presente en casi todos los últimos desastres humanitarios, algunos provocados por la naturaleza, como en 2004 el Tsunami de Indonesia, el tercer terremoto de mayor magnitud registrado en el planeta. Tenía su epicentro frente a las costas del norte de Sumatra (Indonesia) y alcanzó una magnitud de 9’1.
El terremoto de Haití del 2010: un seísmo de 7 grados en la escala de Richter sacudía de forma intensa la zona más poblada del país y su capital, Puerto Príncipe. Las estimaciones hablan de 316.000 personas muertas y más de 1 millón de desplazados. Es el peor terremoto en número de muertos desde 1900.
La sequía y hambruna en el Cuerno de África del 2011: se declaró el estado de emergencia por hambruna en varias zonas del Cuerno de África. La sequía que venía padeciendo esta región afectó a los cultivos y al ganado en Somalia, Etiopía y Kenia especialmente.
El tifón Haiyan en Filipinas del 2013, que azotó Filipinas dejando cerca de 14 millones de personas afectadas.
En Chile un terremoto de 8.2 grados sacudió el 1 de abril de 2014, a las 20:46, al norte del país. Más de 900 mil personas fueron evacuadas en todo el territorio nacional.
El terremoto de Ecuador en 2016 con un fuerte seísmo de 7,8 grados en la escala Richter dejaba 659 muertes, 27.732 personas atendidas en centros/unidades sanitarias, 4.605 heridos y 29.067 personas albergadas.
Y por último los desastres humanitarios de los refugiados, provocados por el hombre, como la situación de los millones de sirios y personas de otras nacionalidades que se ven obligados a desplazarse de sus países por las guerras.
Sin olvidar la situación de crisis que vive nuestros país.
En todas ellas ADRA ha estado aportando su granito de arena apoyada por la solidaridad de nuestros voluntarios, socios y personas sensibles ante estas necesidades, y que, a través de sus aportaciones, han hecho posible no perder la fe en un mundo más justo.
También queremos animar a todos/as a que reflexionen sobre la necesidad de estar preparados ante estos desastres, haciéndose socios regulares, gente comprometida con el necesitado.
Desde ADRA queremos animar a nuestros simpatizantes a que hagan este acto solidario no solo en las emergencias sino, que poco a poco, mes a mes hagan sentir su presencia con su granito de arena. Puede que no sea mucho, pero granito a granito es como se forma una playa serena donde descansar. Como se dice habitualmente “un grano no hace granero, pero ayuda al compañero”.
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