34 hermanos californianos visitan la tumba de Walter Bond, en Baeza. El pastor Bond nació en California (EEUU) y vino a España para compartir del mensaje. Aquí fue despreciado y supuestamente asesinado, aunque Baeza trató de enmendarlo años después con una lápida en su honor.
Se están haciendo unos tours muy interesantes por España, con el único propósito de enseñar a los hermanos adventistas de otros países la ruta de la Reforma protestante. Comienza en Lisboa, pasando por Palos de la Frontera, el monasterio de San Isidoro del Campo, Sevilla, etc.
Visita a la tumba de Walter Bond
En esta ocasión han venido 34 hermanos californianos con el deseo expreso de visitar la tumba de Walter Bond (Walter Guy Bond). Walter fue pastor adventista, nacido en California, y su misión evangelizadora le llevó de Cataluña a Baeza. Allí, en Baeza, murió a los 35 años el 12 de noviembre de 1914, en circunstancias bastantes sospechosas, después de ser invitado a tomar «un café» en casa del sacerdote de la localidad.
Víctima de una supuesta conjura o no, lo cierto es que en la partida de defunción de Walter Bond, consta que la causa fue una peritonitis. En su lecho, Bond, convencido de que había sido víctima de un complot, dijo a su hermano Frank: «Perdono a mis verdugos».
Después de la Guerra Civil, en 1940, la presencia de Bond en la ciudad todavía era recordada y, para algunos, su recuerdo no era grato.
Tan poco agradable debía de resultar, que el alcalde ordenó exhumar el cadáver y darle sepultura en el llamado «corralito», el espacio donde se enterraba a los considerados «impíos».
La lápida fue destruida y ni los propios descendientes de Bond saben a ciencia cierta cuál era el nicho que, en propiedad, se compró la familia Bond.
70 años después, la Iglesia Adventista, junto con el Ayuntamiento de Baeza, colocó un monumento en el cementerio para dejar constancia de la misión de «Walter Bond» en Baeza.
Noticia provincial de mayo de 2010
Así reza la noticia de Luisa Moral: «Baeza recuerda a Walter Guy Bond», publicada en el Diario de Jaén, del 24 de mayo de 2010:
«Dice el refrán que rectificar es de sabios y, ayer, Baeza demostró que el paso del tiempo, además, es el mejor bálsamo para restañar heridas. La misma tierra que un día lo consideró “indigno” de reposar en su cementerio rindió honores al pastor adventista Walter Guy Bond. Su intención: reparar “el daño y el dolor causado a su honor y a su familia”. Así lo expresó el alcalde de la ciudad, Leocadio Marín. Más de medio siglo después, su nombre ya figura, al menos, entre los enterrados en el lugar.
«Una placa en su memoria, junto a los nombres de los represaliados durante la Guerra Civil, recuerda que allí falleció “por la libertad de culto”. Así lo comentaron las decenas de fieles de la Iglesia adventista que se desplazaron hasta la ciudad patrimonial para ser testigos del momento. “Walter Guy Bond vino a hacer el bien a Baeza y durante muchos años fue menospreciado, por eso, hoy queremos restaurar su memoria”. Esas fueron las palabras del máximo responsable municipal al comienzo del acto.
La ciudad más difícil
«El pastor californiano, que un día llegó a la que consideró “la ciudad más difícil en la que nunca había estado” en 1903, falleció once años más tarde. Entre 1943 y 1945 su cuerpo fue exhumado de la tumba y arrojado al “corralito”, una fosa de enterramiento común, por “indigno”. Sospechas, además, de que el intelectual fue envenenado no faltan tampoco entre las hipótesis que planean sobre su repentina muerte. Tenía treinta y cinco años.
«Aunque en la distancia, los familiares del pastor también estuvieron presentes. Lo hicieron a través de una carta en la que mostraron su felicidad por “el reconocimiento de una tierra a la que Bond tenía gran afecto”. Firmado por varios de sus descendientes, se le entregó un documento a Marín para que lo conservara en los archivos municipales. Después, se depositó un ramo de flores en el lugar en el que un día fue arrojado.
Su lápida, una cicatriz para Baeza
«Elogios a la labor de Bond, oraciones y bendiciones se sucedieron en la celebración. Un momento que se cerró con unos versos del que muchos consideran su amigo, Antonio Machado: “Buen Don Guido y equipaje, buen viaje”. Después, solo quedó tiempo para las felicitaciones en torno a la que siempre será una cicatriz, la placa».
Y allí mismo, en el cementerio de Baeza, estos 34 hermanos californianos honraron el nombre del pastor Bond. Cantaron himnos, e hicieron una oración de agradecimiento a Dios por aquel hombre que entregó su vida aquí en España, para que el evangelio pudiera ser predicado a toda nación, tribu, lengua y pueblo (Apocalipsis 14: 6).
Noticia relacionada y fuente: La curiosa historia del pastor californiano de Baeza
Autor: Javier Moliner, pastor jubilado de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en España.
Gran Historia, la del pastor Walter Bond, y ejemplo de que la labor misionera , de hombres y mujeres sacrificando sus vidas , allen de los mares quede en el olvido . Maranatha Walter !!