Desde el inicio de la guerra de Ucrania, las Iglesias Adventistas rumanas de Castellón y Valencia se han involucrado de una manera especial en apoyar a los refugiados. Tanto el deber cristiano de ayudar al necesitado, como el vecindario fronterizo de los refugiados ucranianos con su tierra natal, Rumanía, les movieron el corazón para ayudar.
Colaborando con ADRA
Las Iglesias Adventistas de Castellón y Valencia respondieron desde el primer momento a la llamada de ADRA España de ayuda para los refugiados ucranianos. Lo hicieron de muchas formas, incluyendo envíos directos y una ofrenda local especial.
Los hermanos recaudaron, entre las dos iglesias, 4000 € para en centro adventista de Cosna. Fue su respuesta a la petición de ayuda de familiares y miembros de iglesia desde Rumanía. Allí ya estaban superados por las posibilidades de acoger a los refugiados ucranianos.
Al mismo tiempo, Daniela Ciobanu contactó con el pastor Remus Soare para solicitarle el envío a Rumanía de alimentos y artículos de primera necesidad para los refugiados. Esta colaboración se concretó a través de ADRA Moldova, con el envío de Patrauti, un camión de 20 toneladas con las ayudas mencionadas.
Colaboración con la Asociación de Ucranianos de Castellón
Algunas semanas más tarde, refugiados de Ucrania llegaron a Castellón. Para ayudarles, entre las dos iglesias enviaron dinero, alimentos y cocineros voluntarios al comedor social de Sagunto. También contactaron con Oksana Vovk Simon, la responsable de la Asociación de los Ucranianos de Castellón, para conocer la situación de los refugiados llegados a la zona. Oksana organizó listados con 35 familias necesitadas. Los pioneros de la iglesia, bajo la dirección del pastor, de Raul Boanta, el director del departamento de pioneros, y Delia Marc, la directora del departamento Tabita, han organizado tres repartos de alimentos. Estos son recibidos a través de Daniela Ciobanu y el Banco de Alimentos.
El domingo 15 de mayo los padres de los pioneros, junto con algunos departamentos de la iglesia, organizaron una paella solidaria. Invitaron a 150 refugiados (padres y niños) a comer y jugar juntos. La reunión finalizó con una guerra de globos de agua, la única guerra que se puede admitir en este mundo. Una actividad que los niños están deseando repetir.
Además, el domingo 22 de junio, diez adolescentes ucranianos acompañarán al grupo de adolescentes de Castellón y Valencia. Juntos disfrutarán de una excursión temática en Teruel y Albarracín.
Autor: Remus Soare, pastor de las Iglesias Adventistas rumanas de Castellón y Valencia Betel.