El 23 de septiembre fue un día lleno de alegría en la Iglesia Adventista de Las Fuentes, en Zaragoza, ya que seis personas tomaron la decisión trascendental de entregar sus vidas a Jesús.
Melanie
Entre los valientes que dieron este paso se encuentra Melanie, de tan solo 19 años. Melanie tuvo el privilegio excepcional de recibir el bautismo junto a su madre, María. En sus propias palabras, expresó: «Me sentí profundamente bendecida al tener la oportunidad de compartir este momento con mi madre, una de las figuras más importantes en mi vida. No podría haber imaginado hacerlo sin su presencia».
Andrea y Alejandro
Asimismo, Andrea, con 18 años, y su hermano Alejandro, de 19, también se unieron al grupo de los bautizados. Andrea compartió que lo que más la impactó fue el estudio de la vida de Jesús en la tierra. Llegó a comprender su carácter, y cómo superó todas las adversidades desde nuestra perspectiva humana. Además, añadió que sentía que necesitaba profundizar en su conocimiento de la Biblia, para fortalecer su fe. Ahora, con la madurez de la edad, ha dado el paso significativo de ser bautizada.
Cristian
Cristian fue otro de los jóvenes que se bautizó, y expresó que lo que más le llamó la atención durante sus estudios bíblicos fueron el Antiguo Testamento y las profecías. Su decisión de bautizarse la tomó hace mucho tiempo. También expresaba que, de no creer firmemente lo que dice la Biblia, no habría tomado esta decisión.
Antonio
Por último, Antonio compartió que una de las razones principales por las que tomó esta decisión fue el deseo de nacer de nuevo, como Jesús le enseñó a Nicodemo. También porque deseaba hacer las cosas como Dios quiere y con el orden que Él estableció. Y, por supuesto, hacerlo en la iglesia de Dios, dejando atrás los grupos que se apartaron de la fe y la verdad, y que no tienen potestad de lo Alto para bautizar. Y por último, para poder compartir con sus seres queridos, ese momento y esa comprensión más cabal, viva y plena de la fe.
La importancia del bautismo
Jesús, antes de ascender al cielo, confió a sus seguidores una misión crucial: predicar el evangelio y bautizar a aquellos que creyeran. En las palabras de Mateo 28:18-20, Jesús dijo: «Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo».
El agua empleada en el rito del bautismo encarna un poderoso simbolismo: representa la purificación espiritual. Al igual que el agua limpia el cuerpo físico, el bautismo representa un renacimiento espiritual, un compromiso de vida en la fe. Este acto brinda una oportunidad única para dejar atrás el pasado y abrazar una relación más profunda con Dios.
El bautismo, además, implica un compromiso público de seguir los pasos de Cristo. Constituye un testimonio ante la congregación de que uno ha decidido seguir a Jesús como su Señor y Salvador.
Deseamos que su bautismo sea un punto de inflexión en las vidas de todos ellos, y que disfruten de este nuevo nacimiento, caminando de la mano de nuestro Dios, como se describe en 2 Corintios 5:17: «De modo que, si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas». Que su fe siga fortaleciéndose y que continúen siguiendo los pasos de Jesús en su día a día.
Autora: Ania López Cañadilla, de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en Zaragoza – Las Fuentes.