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El domingo 30 de marzo de 2025, la iglesia de Reus disfrutamos de un día bendecido con actividades de convivencia fraternal en las que los más pequeños aprendieron a realizar postres saludables sin azúcar, llamados «Bounty», y toda la comunidad, disfrutó de una deliciosa calçotada

La enseñanza no tiene por qué ir de la mano del sacrificio y las penurias. Como ejemplo, la fabricación, por parte de nuestros niños, del pastelito Bounty. Guiados por expertas cocineras del Departamento de Salud, amasaron una barrita saludable con ese nombre singular, en un ambiente culinario decorado y preparado con todo esmero por los encargados de dicho departamento.

El Bounty, algo más que un postre

Una vez conseguido el pastelito, se les explicó la historia del barco inglés Bounty.

La palabra bounty la podemos traducir como ‘recompensa’.

El Bounty se botó a finales del siglo XVIII y acabó destruido por una tormenta después de vivir un abordaje. Los amotinados terminaron sus días en una solitaria isla del Pacífico llamada Pitcairn, ebrios y matándose unos a otros.

Cuando solo quedaba un hombre y varias mujeres, decidieron seguir los principios bíblicos de convivencia que presentaba la Biblia del barco, que aún conservaban. Cuando los misioneros adventistas llegaron a la isla se dieron cuenta de que, sin saberlo, sus habitantes vivían según el estilo de vida Adventista. Todos aceptaron la fe adventista y fueron bautizados. Esta fue la mayor bounty (‘recompensa’) que pudieron tener en sus vidas.

Seguro que desde hoy a los más pequeños no se les olvidará la epopeya de esos hermanos nuestros en las aguas del Pacífico.

Calçotada

La calçotada es una comida típica de la región tarraconense. Consiste en comer una clase de cebolla tierna denominada calçot asada a fuego intenso y rápido y luego sumergida en una salsa especial.

En nuestra iglesia de Reus es tradicional reunirnos cada año para degustar ese manjar tan delicioso en fraternal compañía. El Departamento de Familia se añadió a la fiesta organizando ese domingo una calçotada para cumplir con nuestra tradición culinaria popular.

Convivencia

Terminamos el día disfrutando de la convivencia entre hermanos en la fe. Los más jóvenes lo hicieron en la pista de voley, que preparó el Departamento juvenil; y los más mayores charlando e intercambiando experiencias.

No cabe duda de que este tipo de actividades son altamente positivas, ayudando a fortalecer las relaciones entre los miembros de nuestra iglesia.

Al fin y al cabo, la iglesia es nuestra otra familia, nuestro oasis espiritual, incluso nuestro alivio emocional, que nos ayuda a estar «gozosos en la esperanza; sufridos en la tribulación; constantes en la oración» como dice Romanos 12:12.

Autor: Jordi Abad, corresponsal de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en Reus. 

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