Nuestra hermana Lizbeth Andrea L.M. se bautizó y pasó a formar parte del grupo adventista de Manresa el 24 de septiembre. Lo hizo acompañada de su familia y de todos los que la queremos.
«De la misma manera, ¡hay más alegría en el cielo por un pecador perdido que se arrepiente y regresa a Dios, que por noventa y nueve justos que no se extraviaron!» (Lucas 15:7).
Una de los momentos más significativos en nuestra vida, es cuando nos entregamos a Cristo con todo nuestro corazón para vivir una nueva vida en su compañía. Jesús le dijo a Nicodemo: «Te es necesario nacer de nuevo». Esto es lo que de verdad sintió nuestra Liz (Lizbeth Andrea L. M.), cuando el pasado sábado 24 de septiembre sepultó su antigua vida para vivir una nueva, en Cristo Jesús.
Testimonio sobre Lizbeth
Liz, como cariñosamente le llaman su familia y sus amigos, es una joven de 23 años, sensible, cariñosa y algo tímida. Una devoradora de libros y trabajadora incansable en nuestro grupo de Manresa. Llena de ideas y deseos de cómo ayudar y servir en el discipulado de Jesús, anhelaba con todo su corazón formar parte, junto a su familia, de este hermoso grupo.
Por fin, sus deseos se han hecho realidad. Después de haber afrontado con valentía y tesón la lucha personal que sostenía con nuestro enemigo, Lizbeth comprobó que las promesas de nuestro Señor Jesús son ciertas y verdaderas. El versículo en el cual se ha amparado y le da fuerzas es el que se encuentra en Isaías 41:10: «No tengas miedo, porque yo estoy contigo; no te desalientes, porque yo soy tu Dios. Te daré fuerzas y te ayudaré; te sostendré con mi mano derecha victoriosa».
Ceremonia bautismal
Después de la reflexión que nos compartió el pastor Juan Carlos Peñalver, en la ceremonia, pasamos a la lectura de los votos bautismales. Por supuesto, Liz aceptó cada uno de ellos. Antes, la asamblea votó que aceptaba, con entusiasmo, a nuestra querida y joven hermana.
Poco después salíamos hacia el lugar donde Liz entraría en las aguas bautismales. Se trataba de un paraje bellísimo cerca del macizo rocoso del Montserrat. David, un amable vecino de la urbanización, nos permitió utilizar su piscina privada para realizar la segunda parte de nuestra ceremonia. Fueron momentos inolvidables, realzados por la belleza natural del entorno y el calor fraternal de toda la familia, y un buen grupo de jóvenes y hermanos de iglesia.
La ceremonia tuvo dos interpretaciones musicales por parte de su tía Ana Elisabeth y su prima Andrea. Arturo les acompañó a la guitarra.
Liz fue finalmente sumergida en las aguas bautismales para gloria de Dios y de su Reino. Sus abuelos Antonio y Antonia, sus padres Grecia y Toni, así como su hermana Mayari, agradecen por este día maravilloso. Ciertamente, pudimos sentir el calor del Espíritu de Cristo dirigiéndolo todo.
¡A Él sea la Gloria por los siglos de los siglos! Amén.
Autora: Elisa Gómez Robles, corresponsal de la Revista Adventista de España en Igualada y Manresa.