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El colportor Santiago de la Hera falleció en la Residencia Maranatha el pasado 7 de agosto. Un ex-pastelero aragonés que decidió que lo más dulce de la vida era predicar el evangelio. 

Nace su vocación de colportor. Zaragoza

Nacido en Zaragoza, en 1929,  conoció el evangelio en su juventud y fue miembro de la iglesia de Las Fuentes, aunque dedicaba esfuerzos a los jóvenes de las iglesias de Zaragoza, de los cuales fue un excelente maestro y supo ganar su respeto y afecto. Trabajó en un obrador de pastelería hasta que decidió dedicarse por entero a su vocación de predicar el evangelio, mediante el colportaje.  Santiago de la Hera García no fue un vendedor de libros interesado en vender, sino en dar a conocer ese evangelio que transformó su vida. Una vida frugal, presidida por una economía precaria, pero llena de celo misionero y desprendimiento hacia los demás, recordándonos a Jeremías o Juan el Bautista.

Colportor y evangelista en Sevilla

El colportaje le llevó en 1967 a Sevilla, donde colaboró en el crecimiento de la feligresía adventista junto con el pastor Félix Pagés. Ese año se inaugura el templo adventista en la ciudad hispalense, de cuya feligresía forma parte. Cuando el pastor fue destinado a otro lugar, pastores la congregación hasta 1978. En ese año se realiza una gran campaña evangelística mediante una gran carpa hinchable. Su colaboración para el mantenimiento de esa instalación y el sostén económico de la campaña no fue algo que publicó, pero quienes le conocimos sabemos que fue sustancial para el buen desarrollo de esas predicaciones.

Todos los que le tratamos coincidimos en que era un buen representante del carácter aragonés, en cuanto a su decisión y persistencia para realizar las cosas y en su dadivosidad y buen corazón. Fue un hombre que vivió para y con la iglesia. Su familia eran sus hermanos en la fe y su objetivo era compartir esa fe con todo aquel con quien se encontrara.

Ingresado en la Fundación Maranatha

En el 2018 su salud aconsejó ser ingresado en una Residencia. Y fue la Fundación Maranatha quien lo acogió, para que los últimos días de su vida los pudiera vivir como había vivido siempre: con sus hermanos en la fe.

Desde el 7 de agosto del 2019, desconectado de los afanes y males de esta vida y este mundo, descansa en el cementerio modernista de Cardedeu en la paz que solo Cristo da, esperando que su Voz lo despierte a la vida eterna para seguir disfrutando de la compañía de sus hermanos en la fe junto a Aquel que fue el motivo de toda su vida. Mantengamos esa esperanza para poder reunirnos con él.

Autor: Jordi Abad. T.A.S.O.C Residència Maranatha
Imagen: Photo by Stage 7 Photography on Unsplash

 

Revista Adventista de España