El mejor método para estudiar la Biblia no sirve de nada si no estamos decididos a vivir de acuerdo con lo que aprendemos de las Escrituras. Lo que es válido para la educación en general también lo es para el estudio de la Biblia en particular: aprendemos mejor no solo leyendo o escuchando, sino practicando lo que sabemos. Esta obediencia abre un tesoro lleno de bendiciones divinas que de otro modo nos estarían vedadas, y nos guía por un camino emocionante que transforma la vida para aumentar nuestra comprensión y nuestro conocimiento. Si no estamos dispuestos a cumplir con la Palabra de Dios y no estamos dispuestos a practicar lo que hemos estudiado, no creceremos. Y nuestro testimonio se verá afectado porque nuestra vida no armoniza con nuestras palabras.
Crecemos en gracia y sabiduría mediante modelos inspiradores que nos ilustran lo que significa vivir según la Palabra de Dios. No hay mejor ejemplo que Jesucristo y ninguna fuerza motivadora más poderosa que él. Él nos dio un modelo para seguir. Vivió en plena armonía con la voluntad de Dios.
PARA MEMORIZAR: “Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos” (Sant. 1:22).
LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Filipenses 2:12-16; Lucas 4:4, 8, 10-12; Salmos 37:7; 46:10; 62:1, 2, 5; Colosenses 3:16.