Hay un lugar donde la efectividad del “testimonio silencioso” parece tener el mayor potencial para hacer que el mundo se quede mirando. Ese lugar es la familia cristiana. Una familia cristiana que rompa completamente con el modelo actual de dos padres estresados y sobrecargados de trabajo, que descuidan a sus hijos indisciplinados y sobreestimulados, saltará a la vista como un letrero de neón en la noche. La armonía entre los padres, la obediencia alegre de los hijos, un espíritu lleno de felicidad y contentamiento. Todo posible gracias a los principios y la presencia de Dios en el hogar. Este tipo de familia tendrá una influencia en el mundo de hoy, difícil de igualar.
Como las familias son unidades relacionales, Cristo puede brillar a través de ellas de manera que produzcan un testimonio único. La lección reconoce este potencial y defiende la primacía de centrarse en la familia como el primer campo misionero. Se examinan los conceptos del ejemplo y la imitación como métodos para influir en los demás dentro y fuera de la familia. Finalmente, se considera la hospitalidad como un punto de contacto influyente entre la familia cristiana y el mundo.