Jesús Calvo en un fotograma de la entrevista. Foto: HopeMedia.
Esther Azón (EA): Nos encontramos en la recién inaugurada sede de la Unión Adventista Española, en presencia del presidente de la misma, el pastor Jesús Calvo. Gracias por concedernos esta entrevista.
Jesús Calvo (JC): No hay de qué, un placer.
EA: Bueno, es el día de la inauguración, ¿por qué el lema “Hasta aquí nos ayudó el Señor”?
JC: Pues porque creo que este lema resume muy bien la experiencia del día a día. Las luchas humanas son muy diversas, y cuando avanzamos al margen de Dios corremos el riesgo de meternos en caminos que no van a ninguna parte. Nosotros entendemos que los pasos que hemos ido dando, pues en realidad han necesitado de una ayuda divina constante. Lo único que hacemos con este lema es reconocer esa ayuda.
EA: ¿Qué ventajas y qué beneficios aportará esta nueva sede de la Unión Adventista Española a la Iglesia Adventista, a la comunidad?
JC: Bueno, lo que hemos buscado con esta nueva sede, primero es estar todos juntos. Hasta ahora estábamos un poquito separados, en un piso, en Sagunto… Entonces, tener todo el equipo de trabajo de la Unión, todos juntos, creo que eso es un beneficio. Lo segundo, creo que al estar juntos, tener espacio, tener, no sé, un lugar yo diría adecuado, nos va a permitir movernos mejor en el sentido de un trabajo más eficaz, más oportuno, y es lo que deseamos. Por otro lado también, lo que buscamos con esta construcción, con esta nueva sede, es presentar delante de nuestra sociedad qué es en realidad la Iglesia Adventista, puesto que lo que se lleva dentro también trasciende fuera. Queremos que nos vean como personas sencillas, pero a la vez como personas que intentamos ser organizados, intentamos tener un gusto razonable, e intentamos a través de esto mostrar un testimonio que pueda traducirse no simplemente en una construcción, sino en unos valores, en unos principios y unas creencias.
EA: Algunos podrían ver la urgencia de la predicación del Evangelio por encima de la adquisición de infraestructuras, como en el pasado otros veían tal vez innecesaria la necesidad de una organización. ¿Hasta qué punto es necesario estar organizados y estructurados así como ampliar las infraestructuras para el presente?
JC: Esto, Esther, es un tema de discusión. Yo entiendo, sobre todo en tiempos de crisis, en tiempos de necesidad, ¿cómo encajar un nuevo edificio cuando los tiempos son tan malos o tan, no sé, tan especiales? Yo estoy de acuerdo que la razón de la iglesia no está en las estructuras. Creo que el corazón del creyente está en ser un itinerante, no depender ni de estructuras ni de cosas materiales. ¿Se tiene? Bien, si no se tiene, no pasa nada. Pero la predicación del Evangelio es más que el corazón. Estamos dentro de una sociedad, la sociedad tiene, efectivamente, unas reglas, unas normativas y la iglesia no puede vivir ajena a justamente las necesidades sociales en las que se mueve. Así que el planteamiento nuestro no es que veamos una iglesia metida en un edificio, sino un edificio que es el escaparate para que la gente pueda mirar, conocernos y a través de todo esto poder testimoniar de quién es un adventista, qué es un creyente adventista. Yo sé que esto, digamos, mirado unívocamente, quizás sea un poco irrazonable ¿no? Como decir, “pero la iglesia no es esto”, yo estoy de acuerdo. Pero creo que es una necesidad en el mundo en el que vivimos y al mundo que tenemos que ganar, así que eso es lo que se pretende. Resumiendo las ideas: Primero, trabajar en equipo juntos, y segundo, mostrar al mundo que la Iglesia Adventista tiene un gusto, tiene un estilo, que va acorde también con el gusto o el estilo que debemos llevar en nuestra mente y en nuestro corazón.
EA: En el consejo de fin de año de la División a la que pertenecemos destacó en la proporción de bautismos precisamente España con el resto de Uniones, pero también destacó en el descenso de los diezmos, ¿cómo debemos interpretar esto?
JC: Pues creo que tiene una interpretación clara. En los momentos de crisis el acercamiento a Dios se acentúa más. Porque, efectivamente, en la División, a nivel de Uniones, España ha tenido la bendición del crecimiento. Proporcionalmente, creo que es la que más ha crecido. En relación con el descenso de los diezmos, entiendo que también es el resultado de toda una crisis que está viviendo España. No es decir que España vive bien, la iglesia finalmente vive mal, sino que vivimos una crisis intensa donde hay problemas de trabajo, eso se traduce en un descenso de los diezmos. Creo que a veces la crisis tiene el lado positivo y el lado negativo. El positivo es que la gente necesita y entonces acude a Dios, y el negativo es que, bueno, a veces tenemos que enfrentar situaciones dolorosas o de problemas, de incertidumbre, de necesidad que no es grato para nadie.
EA: Una última pregunta. Como presidente de la Unión Adventista Española, ¿cuál ha sido el desafío más grande que ha tenido que enfrentar y cómo vislumbra los próximos años de la Unión Adventista Española y todo su territorio?
JC: Esto es una buena pregunta. El mayor desafío es decidir. Primero, porque hay que decidir con sabiduría, y uno no tiene la bola de cristal para decir voy a escoger lo que yo sé que es lo mejor. Así que, para mí, el mayor desafío es elegir lo mejor, que no siempre es fácil. De cara al futuro, pues en ese lema que tenemos en la inauguración es el que me reconforta, “Hasta aquí nos ha ayudado Dios”. Creo que el éxito, todas las cosas buenas que podamos tener, es el resultado de una ayuda divina. Eso es lo que me tranquiliza. Los tiempos pueden ser malos, las interpretaciones de las decisiones pueden hacerse subjetivamente, pero lo que importa en realidad es que la iglesia avance y que alcance sus objetivos. Esa es la clave de todo. Hay todavía una cosa que sería el desafío más importante para mí de cara al futuro. La iglesia es diversa, es plural, diferentes formas de pensar, diferentes sensibilidades, en fin, diferencias en todos los sentidos. El mayor desafío es conseguir la madurez en la iglesia para ir avanzando juntos a pesar de las diferencias. Creo que la clave de la iglesia en la consecución de su misión, no se trata de homogeneizar, se trata de respetar, juntos caminar, y Dios nos ayudará a tamizar o pulir ciertas cosas que, a lo mejor, pueden ser hoy motivos de choque o de roce. Eso es lo que te puedo decir.
EA: Muchísimas gracias Jesús Calvo, presidente de la Unión Adventista Española por habernos atendido en el día de hoy.
JC: Un placer, gracias Esther.
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Autora: Esther Azón, editora de la Revista Adventista.