Felicitamos al ganador del Concurso de Covers del 25º Aniversario de HopeMedia: Frank Eric Morgan Villaroel, conocido artísticamente como Frank Morgan (@FRANKMORGAN_OFICIAL). Su emotiva y creativa versión de «Volar quisiera» cautivó tanto al jurado como al público, destacándose por su talento, dedicación y profunda pasión por la música y el Señor.
Este concurso, organizado para conmemorar los 25 años de HopeMedia, reunió a artistas comprometidos y apasionados que compartieron sus mejores interpretaciones. Tras semanas de intensa participación y votaciones, Frank Morgan se posicionó como ganador, aunque el resto de participantes también realizaron un magnífico trabajo.
Como premio, Frank recibirá el lanzamiento oficial de su cover, distribución en todas las plataformas de HopeMedia, diseño de portada y créditos profesionales, 10 horas de asesoramiento musical, esta entrevista y un exclusivo Kit Aniversario Deluxe.
Conversamos con Frank Morgan sobre su trabajo, su experiencia con Dios, y este concurso.
Queremos conocerte mejor, ¿quién es Frank Eric Morgan Villarroel?, ¿cómo te definirías?
Soy un chileno que terminó viviendo en Alemania, esposo y papá, profesor de música y, sobre todo, alguien que necesita de Dios todos los días.
A veces me presento como cantante, pero en realidad soy más bien un buscador, alguien que encontró en la música una forma de hablar con Dios y también de conectar con la gente.
Buscando información sobre ti en Internet encontramos que hay dos Frank Morgan muy famosos que te precedieron, uno era actor y el otro músico saxofonista. Parece que el arte y la música están ligados a tu nombre…
Sí, lo sé. Al principio me daba cosa porque pensaba: «¿Quién me va a encontrar si buscan Frank Morgan? Van a salir todos menos yo». Pero con el tiempo lo empecé a ver distinto: me tocó un nombre artístico «prestigioso», y ahora es mi turno de escribir mi propia historia con él.
¿Qué sentiste cuando te enteraste de que eras el ganador del concurso de covers del 25 Aniversario de HopeMedia?
Fue una mezcla de sorpresa, gratitud y mucha alegría. No me lo esperaba, para ser honesto. No pensé que iba a ganar. Participé porque me pareció interesante hacer una versión diferente de un canto hecho, darle mi esencia y me lo pasé muy bien creando, dándole un aire diferente a esta canción tan bonita.
¿Por qué escogiste la canción «Volar quisiera»?
Porque la escribió Esther Quiles, que es una amiga muy querida. Desde que la escuché la primera vez me atrapó. Es de esas canciones que dices: «ojalá la hubiera escrito yo».
Hace unos años incluso tuve la oportunidad de cantarla con ella en un concierto en Berlín (donde resido) y fue precioso. Así que cuando vi lo del concurso no tuve dudas, tenía que ser esa.
¿Qué sabes de la productora HopeMedia y cómo es que decidiste participar en el concurso?
HopeMedia es como un faro. Llevan años produciendo contenidos que no solo entretienen, sino que también nutren. Yo ya conocía su trabajo. El concurso me pareció una linda excusa para atreverme a enviar algo. Fue un poco de «¿y si no quedo? Bueno, igual lo intenté». Y mira, al final Dios tenía otros planes.
¿Desde cuándo cantas? ¿Cómo empezaste en la música cristiana?
Desde niño. Recuerdo que en la escuela mi profesor de música me dio un solo y ese día cambió todo. Era como si alguien me hubiera dicho: «esto es lo tuyo». En la iglesia fue donde entendí que la música no era solo para gustar o impresionar, sino para servir.
Cantando en coros y conjuntos me di cuenta de que la música puede ser oración, puede ser abrazo, puede ser testimonio.
¿Compones tus propias canciones?
Sí, y es lo que más me apasiona. Muchas veces empiezo con algo muy personal, casi como escribir en un diario, y de repente me doy cuenta de que lo que estaba viviendo yo también lo están viviendo otros. Entonces la canción deja de ser solo mía. Eso es lo bonito de componer: lo que nace en tu habitación puede terminar consolando a alguien en la otra punta del mundo.
¿Quién es Dios para ti, cómo le conociste?
Es difícil resumirlo… Dios es mi Padre y mi refugio. Crecí escuchando de Él en casa y en la iglesia, pero lo he conocido de verdad cuando tuve que enfrentar momentos duros y descubrí que no estaba solo. Ahí entendí que su amor no es teoría, es real. Para mí, Dios es la razón por la que canto, la razón por la que me levanto cada día.
Cuéntanos un poco de tu trayectoria como cantante cristiano.
No ha sido una trayectoria de «fama» ni nada así. Ha sido más bien un caminar, paso a paso. He grabado 3 álbumes, mi álbum debut en inglés, luego mi álbum «identidad» con mis canciones, un álbum acústico con mi amiga Susan Lor y varios sencillos que pienso recopilar en unos 4 álbumes.
He colaborado con amigos, músicos, he cantado en iglesias, en conciertos, y ahora gracias a las plataformas digitales puedo compartir mi música más allá del lugar donde me encuentro físicamente. Pero lo más importante para mí no son los números, sino las historias: cuando alguien me escribe y me dice que una canción le dio paz en medio de la ansiedad, o que le recordó el amor de Dios. Eso, para mí, ya lo vale todo.
¿Qué le pides al Señor para tu futuro?
Le pido que me mantenga con los pies en la tierra y el corazón en el cielo. Que me dé fuerzas para seguir cantando y escribiendo, pero que no me deje olvidar lo esencial: que todo es para su gloria. Claro que sueño con grabar más, con llegar a más personas, pero más que eso, quiero ser fiel donde Él me ponga.
¿Qué les dirías a los jóvenes cristianos que están comenzando en el mundo de la música?
Que disfruten el camino y no se comparen con nadie. Que recuerden que lo más valioso no es sonar perfecto, sino cantar con el corazón. Y que no se olviden de quién les dio el don: si buscan a Dios primero, Él se encargará del resto.
Y algo práctico: ensayen mucho, sean disciplinados. La inspiración viene de arriba, pero el trabajo hay que hacerlo aquí.
Autora: Esther Azón, redactora y editora de revista.adventista.es
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