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Aunque el «Día de la Madre» se celebra el primer domingo de mayo, el sábado 3 de mayo de 2025 por la tarde el Departamento de Familia de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en Reus organizó un emotivo encuentro que no solo celebró a las mujeres, sino que también fortaleció los lazos fraternales y espirituales entre sus miembros. Una entrañable manera de reafirmar la importancia de la convivencia y la fe como pilares de una iglesia viva y acogedora.

Toda ocasión es buena

No sé cómo será el edificio donde la Iglesia se reunirá en los últimos días de nuestra historia. Unos dicen que desaparecerán los templos como contenedor edilicio y nos organizaremos como grupos pequeños en los hogares de quienes esperemos a Jesús; otros mantienen que los templos seguirán hasta el final. No soy profeta y no me atrevo a vaticinar ese futuro, pero sí sé que tendremos que haber creyentes en la Iglesia para recibir a quienes se acerquen a ella, y un lugar donde recibirlos.
Eso nos lleva a fortalecer dos de las áreas importantes de nuestra actividad espiritual: el mantenimiento en la fe y los lazos entre los hermanos.

Convivencia

La preparación del encuentro se realizó en dos partes. Todas las damas de la iglesia se reunieron en una dependencia para pasar un rato agradable, charlando y preparando una manualidad para regalar a los varones. A su vez, los hombres les preparamos una cena en otra de las dependencias del templo.

La reunión de chicas les recordó aquellas tardes en las que nuestras madres y abuelas se reunían para hacer punto. Allí se charlaba de todo un poco, se compartían experiencias personales, consejos y vivencias. Resultó interesante poder descubrir que lo que ha vivido una persona puede ser la solución a lo que está viviendo otra. Al final, entre todas, se puede tejer una red de apoyo espiritual y emocional que ayuda a sostener la fe y la vida social.

Mientras eso ocurría, los varones nos dedicamos a decorar la sala y preparar la cena con la que obsequiamos a las madres y futuras madres, en este Día de la Madre.

El encuentro

Terminada la convivencia, por un lado, y la preparación de la cena, por el otro, tuvo lugar el encuentro en la entrada del comedor. Los varones las recibimos con una rosa y ellas nos ofrecieron un marcapáginas que estuvieron confeccionando mientras charlaban. La sencillez del momento llenó de un toque emotivo el encuentro.

Una vez emparejados y sentados a la mesa, tuvimos una reflexión acerca del abordaje de los conflictos en la vida familiar. Seguidamente, disfrutamos juntos de la cena que los hombres habíamos preparado.

Agradecimiento

Solo nos queda agradecer al Departamento de Familia la idea de organizar este Día de la Madre. Un evento que sirvió para fortalecer nuestros lazos fraternales y prepararnos para ser esa iglesia que ha de recibir a quienes han de creer en Jesús, y recibirlo en su segunda venida.

Autor: Jordi Abad, corresponsal de revista.adventista.es en la Iglesia Adventista de Reus. 

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