Un total de 125 participantes, procedentes de 40 delegaciones de toda España, se dieron cita del 28 al 30 de noviembre de 2025 en El Escorial para participar en la Convención Nacional de ADRA, un encuentro centrado en la preparación ante emergencias y en el desafío de transformar cada delegación en una «ciudad refugio», capaz de acoger y atender a personas en situación de vulnerabilidad.
Un entorno propicio para el encuentro y la formación
La convención tuvo lugar en El Escorial, un enclave pintoresco de la sierra de Madrid, y contó con la presencia y colaboración de la directiva nacional de la institución: Olga Calonge, Josué Reta, Bogdan E. Dimitri y Loida González. Junto a ellos participaron diversos pastores y ponentes invitados: Maijo Roth, Richard Ruszuly, Ignacio Goya, Gabriel Díaz y Gabriel Villarreal.
El eje central de la convención fue la preparación ante situaciones de emergencia y la capacitación de las delegaciones para convertirse en auténticas ciudades refugio, espacios capaces de ofrecer acogida, protección y respuesta a personas con diferentes necesidades.
En este marco, el pastor Gabriel Díaz aplicó la lección de Escuela Sabática, «Herederos de las promesas, cautivos de la esperanza», animando a los asistentes a confiar plenamente en las promesas de Jesús y a no perder nunca la esperanza en Aquel que las ha dado, compartiendo el amor de Dios con quienes nos rodean.
Involucrando a los más pequeños en la ayuda humanitaria
Maijo Roth ofreció diversas herramientas prácticas para implicar a los niños en la ayuda humanitaria, mediante actividades que fomentan la empatía y el servicio. Subrayó que la ayuda a los demás no comienza en la edad adulta, sino desde la infancia. Destacó que los niños aportan una pureza, sensibilidad y creatividad que inspiran a toda la comunidad.
El pastor Gabriel Villarreal, en su ponencia sobre Gestión de Emergencias, enfatizó la importancia de la preparación, la coordinación y la comprensión integral de las necesidades en momentos críticos. Su exposición se centró en fortalecer las capacidades de comunidades, iglesias y equipos voluntarios, combinando el rigor técnico con una visión humanitaria basada en el servicio y la dignidad humana.
Durante la tarde del sábado, las delegaciones participaron en talleres prácticos, donde pudieron aplicar soluciones y estrategias ante la hipotética aparición de un desastre natural.
La visión bíblica de las ciudades refugio
La directora Olga Calonge basó su intervención en el texto de Números 35:6-25, presentando la figura bíblica de las ciudades de refugio como espacios establecidos por Dios para proteger, restaurar y ofrecer una segunda oportunidad a quienes se encontraban en situación de peligro o vulnerabilidad.
Esta visión fue trasladada al contexto actual, animando a las delegaciones de ADRA a convertirse en refugios donde la presencia de Dios se haga visible a través de acciones concretas de compasión, justicia, orden y esperanza.
El pastor Ignacio Goya aportó una dimensión espiritual muy destacada desde su primera intervención, conectando a los asistentes con la experiencia de la iglesia en Antioquía y acuñando la expresión «cara-buenos», como reflejo del rostro que mostramos cuando Jesús vive y actúa en nosotros.
Compartió también experiencias vividas en primera persona. Testificó que los milagros siguen ocurriendo en la actualidad, incluso en contextos de desastres naturales y crisis humanitarias. Nos recordó que Dios suple aquello que escapa a nuestras fuerzas cuando sus hijos se ponen en Sus manos.
Organización y ambiente fraternal
Las instalaciones y la organización recibieron una valoración muy positiva por parte de los asistentes, destacando el buen trato, la limpieza, la puntualidad y el ambiente acogedor, que contrastaba con el frío exterior. La convención se vivió como un espacio de cuidado, unidad y fraternidad.
Finalmente, la convención concluyó haciendo honor al lema de ADRA: Justicia, Compasión y Amor. Un recordatorio de que ADRA no solo ofrece ayuda, sino esperanza; no solo brinda soluciones, sino futuro; no solo transforma comunidades, sino vidas y destinos.
Con pasos humildes, pero firmes, ADRA continúa encendiendo luz allí donde la esperanza parece dormida. Sigue recordando que la humanidad florece cuando la justicia guía, la compasión acompaña y el amor sostiene.
Autora: Pilar Arnao, de la iglesia de Madrid-Vallecas.







