Considerando los tiempos pasados
«Me pongo a pensar en los tiempos de antaño; de los años ya idos»(Salmo 77: 5, NVI). La Palabra nos invita a analizar, a hacer balance de lo vivido, de lo hecho, de los posibles errores, de lo mejorable.
Desde el mismo inicio del quinquenio, en la Asociación Ministerial nos ilusionamos con intentar prestar el mejor servicio a los pastores y a los ancianos (después también ser incorporó el servicio del diaconado). Con ese propósito se analizaron las necesidades en cada una de estas áreas y se procedió a diseñar un proyecto de trabajo que pudiera ser eficaz. En ese proyecto se plantearon diferentes objetivos, entre los que destacamos los siguientes:
Promover el crecimiento y la formación
En este punto ha sido de gran valor la aportación de la Facultad Adventista de Teología (FAT) a través de programas de máster y doctorado. También se han realizado los cursos de formación Prepare Enrich para equipar mejor a los pastores en su atención a las familias. Con el mismo objetivo formativo, se han podido realizar múltiples encuentros regionales. Se ha utilizado este formato para favorecer al máximo posible la participación de los responsables locales, con el deseo de que pudiera alcanzarse un trabajo coordinado y efectivo entre los pastores, los ancianos y los diáconos en las iglesias locales.
El Señor nos llama a crecer «hasta ser en todo como aquel que es la cabeza, es decir, Cristo»(Efesios 4: 15, NVI). Por cierto que fue muy grato llevar a cabo, junto con el Ministerio de la Familia, un viaje a Israel con el profundo deseo de recorrer los lugares por donde se desarrolló el ministerio de Jesús. Fue una experiencia espiritual y formativa especial en la que pastores y hermanos pudimos participar.
Fomentar la unidad y el trabajo en equipo
Este fue el propósito fundamental en las convenciones pastorales, aunque hemos podido ver que hay que hacer cambios en su formato para alcanzar mejor estos objetivos.
También se ha pretendido esto cuando se ha procurado favorecer el encuentro regular de los compañeros en sus zonas de trabajo. Otra iniciativa fue llevar a cabo reflexiones matinales compartidas a todo el cuerpo pastoral escritas por los propios compañeros. También se consideró importante mejorar en la transmisión regular de los votos tomados en las comisiones y consejos que les concernieran como colectivo pastoral, así como transmitir dicha información a los pastores que se encuentran en periodo de jubilación.
Hay mucho por hacer. Las palabras de Jesús «para que todos sean uno» (Juan 17: 21) deben ser una realidad también a nivel pastoral para que el mundo reconozca que es él quien nos ha enviado a predicar el evangelio (vers. 23).
Aumentar la atención a las familias pastorales
En este sentido, contamos en la actualidad con la excelente aportación del responsable de Ministerio de la Familia, el hermano Antonio del Pino, que presta su ayuda a este nivel. AMAF también ha desarrollado una importante labor de apoyo. Deseo agradecer a su responsable, la hermana Esther Valls, y a todo el equipo de AMAF la valiosa labor realizada.
Por otra parte, el mencionado curso Prepare Enrich también ha tratado de ser una aportación positiva para las parejas pastorales.
El apóstol Pablo nos exhorta: «Cuidad de vosotros mismos y de todo el rebaño sobre el cual el Espíritu Santo os ha puesto como obispos para pastorear la iglesia de Dios, que él adquirió con su propia sangre»(Hechos 20: 28, CST).
Ser un apoyo para nuestro colectivo
Era necesario que la Asociación Ministerial fuera percibida en todo momento como fácilmente accesible ante cualquier necesidad a nivel personal así como un elemento de apoyo ante los diferentes problemas que se pudieran presentar en el servicio a las iglesias.
Para ello, se ha intentado mantener una relación lo más próxima posible a través de entrevistas personales y de distintos medios técnicos, aunque con serias limitaciones por diferentes motivos que podremos comentar en nuestro análisis final.
En relación con los ancianos y los primeros diáconos y diaconisas (para su posterior redistribución entre todo el colectivo), se ha mantenido un contacto diario a través de reflexiones espirituales que nos han permitido estar vinculados de forma regular por medio de la Palabra, que es «como fuego»(Jeremías 23: 29, NVI).
Ser un apoyo en el cumplimiento de la misión
Siempre que se requiriera por parte de algún pastor, a través de distintos programas en las iglesias locales (de tipo formativo, de desarrollo espiritual, evangelístico, etc.). Ha sido muy satisfactorio compartir experiencias de esta naturaleza con los compañeros, así como cuando hemos podido trabajar con otros departamentos de la UAE. Ser sus testigos «hasta los confines de la tierra»(Hechos 1: 8, NVI) es el llamamiento y la vocación de todos nosotros.
Colaborar en la formación de los futuros pastores
En este quinquenio ha sido nuestro privilegio colaborar con distintos ministerios, pero la colaboración más regular ha sido con nuestra Facultad de Teología en la formación de los futuros pastores. Se entendió que la aportación de la Asociación Ministerial podía ser valiosa en diferentes aspectos. Permitiría no solo contribuir en su formación, sino conocer a los posibles futuros pastores en su periodo de preparación.
Transcurrida ya casi la totalidad del quinquenio podemos, como Asociación Ministerial, entender que lo realizado ha sido, en líneas generales, útil y gratificante. De hecho, hemos podido ver la respuesta que normalmente han tenido los distintos programas y recibir, en la mayoría de los casos, una crítica positiva.
En este punto, quiero agradecer la buena labor de la hermana Mihaela Badea, secretaria de la Asociación Ministerial. Su ayuda ha sido de un valor inestimable para que se hayan podido alcanzar los objetivos referidos.
No obstante, hemos de ser críticos y concluir que la Asociación Ministerial está llamada a realizar una labor más pastoral y de mayor alcance que la lograda hasta ahora. El cuerpo pastoral necesita de una atención más i n t e n s a y r e g u l a r. E l p a s t o r y s u f a m i l i a v i v e n circunstancias muy complejas y precisan una mejor estructura de apoyo. Ellos constituyen el brazo ejecutivo de la Unión en la atención a las iglesias, y de su labor dependerá mucho la situación de las distintas comunidades, así como el cumplimiento de la misión.
La Asociación Ministerial tiene a su cargo, si hablamos de atención pastoral, una «membresía» formada por casi cien familias dedicadas a la atención directa de las iglesias. Esta membresía está repartida por toda la geografía española, con lo que es difícil mantener un adecuado contacto personal con la debida regularidad. Es necesario mejorar a nivel de visitas, apoyo y seguimiento y, para ello, entiendo que se hace preciso un cambio estructural.
En la reunión de instrucción (Advisory) de la División Intereuropea que tuvimos en este quinquenio, pudimos compartir unos días de reflexión y análisis con los distintos responsables de las asociaciones ministeriales de las Uniones de este territorio. Ahí apreciamos la importancia de dar pasos en esa dirección, intentando ofrecer una atención más acorde con las necesidades específicas que tiene el pastor y su familia.
Por otra parte, el cuerpo de ancianos (más de 300 en nuestra Unión), cuya labor es fundamental, también pide una atención mayor. A ello se añade el cuerpo de diáconos (más de 700 en nuestro campo). Sería prioritario que, como se ha referido, se lograra construir un verdadero trabajo en equipo a este nivel (pastor-ancianos–diáconos). La consistencia y solidez de nuestra iglesia se vería muy beneficiada. De esta forma, muy probablemente, todos los ministerios de la iglesia podrían también ver facilitada su labor.
Para que todo esto sea posible, la Asociación Ministerial, que está implicada en un considerable volumen de labor de naturaleza administrativa, debería ser reestudiada en su función y competencias para que su rol pastoral, a nivel personal y familiar, pudiera verse claramente potenciado.
NOTA: Si algún delegado de la Asamblea deseara recibir un informe más pormenorizado de la actividad de la Asociación Ministerial, con gusto se le enviaría.