La Iglesia de Reus celebró el pasado sábado 6 de septiembre una fiesta espiritual de bienvenida al nuevo curso académico con el objetivo de apoyar y acompañar a los estudiantes en las distintas etapas educativas. Durante el encuentro, la comunidad oró por los más pequeños que inician una nueva etapa escolar, por los alumnos de primaria y secundaria, así como por los universitarios que afrontan mayores desafíos académicos y personales. La celebración destacó la importancia de apoyar a los jóvenes en su crecimiento académico y espiritual, integrándolos en la comunidad y recordándoles que no están solos en los retos que enfrentarán en este nuevo curso.
Desde el nacimiento hasta el final
Todos los comienzos son nuevos retos que debemos ir afrontando en nuestra vida. Cada etapa superada es un escalón subido, pero a la vez es otro escalón por subir.
Cuando nacemos nos encontramos ante una situación vital desconocida que hemos de ir encarando con valor y energía. Cuando empezamos a caminar, a comer, a descubrir que el mundo es más amplio que nuestros padres, al decidir qué estudiar, al ir el primer día a una actividad laboral, al tener que decidir con quién compartir el proyecto de mi vida, cuando te encuentras con un bebé en los brazos, que apenas sabes cómo sostenerlo sin causarle algún perjuicio, cuando notas que tu cuerpo ya no responde con la rapidez de siempre o cuando sabes que tus últimos alientos se están produciendo, en todos estos momentos hemos de tener valor y energía.
El futuro es un desconocido que representa las posibilidades y oportunidades que nos aguardan.
Ante todas las etapas de nuestra vida nos encontramos con ese desconocido que puede depender de nuestras decisiones y no siempre sabemos, podemos o estamos preparados para afrontarlo con éxito. Evidentemente, la preparación previa o la experiencia de nuestros mayores nos ayudará. También lo es saber que se pertenece a una comunidad en la que podemos refugiarnos de los embates y disgustos que nos presentará esa nueva etapa.
La iglesia, esa reunión de creyentes que se aman, apoyan y valoran, representa para nosotros un pilar básico en nuestras experiencias presentes y futuras. En ella aprendemos a sostenernos unos a otros y a buscar en Dios la fuerza motriz para nuestras decisiones.
Orar y acompañar a nuestros estudiantes
La Iglesia de Reus, esa comunidad de creyentes con quienes compartimos nuestra fe, esperanza y vivencias, hemos querido dar apoyo a nuestros estudiantes con una fiesta espiritual en la que nos hemos visto unidos entre nosotros y ligados con la dirección divina ante este nuevo curso, en el que nuestros jóvenes encontrarán nuevos retos que superar, que no siempre les resultarán fáciles. A los más pequeños, por entrar en una nueva etapa, a los de primaria por entrar en nuevos contenidos, a los de secundaria por enfrentar filosofías contrarias a nuestra fe y a los universitarios por ver como la academia pretende destrozar los pilares de la misma existencia de Dios como creador y sustentador de todo lo que existe.
Una fiesta en comunidad
Por todos nuestros jóvenes, este pasado sábado 6 de setiembre, hemos dado la bienvenida al curso académico orando con ellos y por ellos, poniéndolos en manos de Quien puede guardarlos «para aquel día» en que podremos gozar todos juntos del futuro extraordinario y eterno que Dios nos ha preparado.
Es necesario orar por nuestros jóvenes, apoyarlos, hacerles sentir que estamos a su lado, que los queremos, que los integramos en nuestra comunidad.
No lo olvidemos: Si queremos que ellos sean el futuro de nuestra Iglesia, deben ser también el presente.
Autor: Jordi Abad, corresponsal de revista.adventista.es en la Iglesia Adventista de Reus.