El sábado 10 de agosto de 2024, tuvo lugar en la Iglesia Adventista de Villajoyosa, la ceremonia de profesión de fe de nuestro hermano Antonio C. M.
Antonio ha sellado su relación con Cristo mediante la Profesión de Fe. El pastor oficiante ha sido Manuel García.
Con sus «jóvenes» 98 años, ante Dios y ante la iglesia, ha manifestado su decisión de aceptación en su corazón y de seguir a Cristo cada día.
Esperamos que Antonio sea ejemplo para muchos que aún no se han decidido a dar ese paso. Un claro ejemplo de que para Dios no hay edad, ni condición, ni nada. Él espera a que acudamos con el corazón abierto para que more en nosotros.
«Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual asimismo fuiste llamado, habiendo hecho la buena profesión delante de muchos testigos». (1ª de Timoteo 6:12)
Algunos datos interesantes para conocer mejor a nuestro hermano Antonio
Antonio es vecino de Villajoyosa, marino de profesión, y muy apreciado por la comunidad.
Personalmente, recuerdo como nuestra hermana Adelina, vecina también de la comunidad, formó un pequeño grupo. Nos reuníamos cada jueves en su casa, y allí teníamos una pequeña meditación, alabábamos al Señor y orábamos juntos.
Antonio también estaba invitado, y cada jueves acudía puntualmente a su cita para hablar de Cristo Jesús. Muy activo, siempre participaba. Y hoy, ha dado el gran paso de aceptar a Cristo como su Salvador.
Firmes en Cristo
«Es nuestro privilegio como hijos de Dios mantenernos firmes en la profesión de nuestra fe, sin ser conmovidos. A veces el engañador poder de la tentación parece recargar hasta el máximo nuestra fuerza de voluntad, y ejercer fe parece completamente contrario a todas las evidencias del sentido o la emoción; pero nuestra voluntad debe mantenerse al lado de Dios. Debemos creer que en Jesucristo se encuentran la fuerza y la eficiencia duraderas. …. Hora a hora debemos mantener triunfantemente nuestra posición en Dios, poderosa en su fuerza. …
Todas las cosas son posibles para aquel que cree. Puesto que Dios está obrando en vosotros, podéis con seguridad poner vuestro rostro como una roca para hacer su voluntad, y debéis confiar perfectamente en el Señor. …
Debéis realizar una consagración diaria y personal a Dios. Diariamente, debéis renovar vuestro pacto para ser suyos plenamente y para siempre. No confiéis en los sentimientos cambiantes, sino afirmad vuestros pies sobre la segura plataforma de las promesas de Dios: Tú lo has dicho; yo creo en tu promesa. Esta es una fe inteligente.
Andad por fe delante de Dios, y confiad plenamente en sus promesas. Jesús dijo: “He aquí, yo estoy, con vosotros todos los días hasta el fin del mundo”. Mateo 28:20.—Carta 42, 1890, pp. 2-4.» (Elena de White, Nuestra elevada vocación, página 126)