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El 21 de junio, el Ministerio de la Mujer de la Iglesia Adventista de Tenerife, vivió un día inolvidable con «Antojos del alma». Una jornada repleta de bendiciones y hermandad. Desde la mañana hasta la tarde, la iglesia fue testigo de una programación cuidadosamente preparada, donde cada detalle, desde la Escuela Sabática hasta la decoración del templo, fue fruto del amor y la dedicación de un hermoso grupo de hermanas. La directora del ministerio quiere manifestar su alegría y agradecimiento a todas las colaboradoras, quienes, con esmero y cariño, hicieron posible que este día fuera especial para todos los presentes.

La iglesia se llenó de miembros, visitas e interesados, quienes disfrutaron no solo de la calidez del ambiente, sino, sobre todo, del mensaje central del culto, titulado «Antojos del alma». Este mensaje, cuyas autoras son las hermanas Nancy Cabrera y María Ellen Winegardner, nos invitó a reflexionar sobre tres lecciones fundamentales para la vida cristiana, todas ellas relacionadas con la letra «i»: Identidad, Intimidad e Intención.

Identidad: hijos e hijas de Dios

La reflexión comenzó recordándonos quiénes somos en Cristo. Nuestra identidad no depende de las circunstancias, sino de la verdad eterna de que somos hijos e hijas de Dios. Como dice 1 Juan 3:1: «¡Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios!». Reconocer nuestra identidad en Él nos da seguridad y propósito.

Intimidad: una relación personal

El segundo punto nos llevó a pensar en la intimidad con nuestro Salvador. No se trata solo de conocer de Dios, sino de conocerle personalmente, de tener una relación viva y constante con Jesús. Así como la mujer samaritana en el pozo, anhelamos esa «agua viva» que sólo Cristo puede dar. «Jesús le contestó: —Cualquiera que beba de esta agua volverá a tener sed; pero el que beba del agua que yo le daré no tendrá sed jamás, sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna» (Juan 4:13-14).

Intención: vivir con propósito

Finalmente, se nos animó a vivir con intención, a ser conscientes de que cada día es una oportunidad para glorificar a Dios y servir a los demás. Filipenses 2:13 nos recuerda: «Porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad».

Este día especial no solo fortaleció la fe de los presentes, sino que también motivó a cada hermano a seguir buscando a Dios con un corazón sincero, permitiendo que Aquel que es la fuente de vida eterna sacie nuestros antojos del alma. Que este mensaje siga inspirando a nuestra iglesia a vivir con identidad, intimidad e intención en Cristo Jesús.

Autora: Fina Sánchez, corresponsal de revista.adventista.es en la iglesia de Santa Cruz de Tenerife. 

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