Durante la Navidad del 2024, un grupo de voluntarios de ADRA Zaragoza, unidos con un solo propósito, hemos llevado un poco de luz y alegría a algunas residencias donde viven muchas personas mayores de la ciudad.
Nuestro grupo es diverso, con personas de todas las edades, desde 1 año hasta 91. Lo importante para nosotros es transmitir a los abuelos y también a sus acompañantes, la alegría de saber que Jesús vino a esta tierra para traer esperanza. Mostrarles Su amor, un amor enorme y eterno. Un amor que deseamos compartir con todos.
Desde hace dos décadas, en Zaragoza hay residencias que nos solicitan que vayamos un ratito a cantarles villancicos cada Navidad y, con mucha alegría y cariño, brindamos a nuestros mayores, especialmente en estas fechas, un poco de calor humano. Les cantamos villancicos tradicionales, les sonreímos, les abrazamos, hablamos con ellos… En resumen, les regalamos un «te quiero» lleno de amor ágape, reflejado en nuestras miradas y gestos.
Lo más importante es que les llevamos la Buena Nueva que guardamos en nuestros corazones: que hace mucho tiempo nació el Niño Jesús, el Mesías, el Dios encarnado, quien vino a dar su vida por nosotros y se quedó para siempre en nuestras vidas.
En cada uno de esos ancianitos y ancianitas, hay una esperanza viva de un nuevo amanecer en Cristo. Una esperanza que perdura y que tiene visos de eternidad.
«El espíritu de la Navidad»
Además, solemos leer poesías, historias de agradecimiento y cariño, y nos dedicamos a estimular sus mentes, porque aunque la edad pueda bloquear algunas neuronas, siempre hay espacio para el amor y la atención que ofrecen una nueva chispa de vida.
Una de esas poesías, escrita por el pastor Alberto Martorell, es la que más leemos en las residencias. Se titula «El espíritu de la Navidad», y dice así:
Es una noche especial,
no es una noche cualquiera,
¡Es noche de Navidad!,
y por eso es Noche Buena.
No es buena porque las calles
estén vestidas de fiesta;
ni es buena porque las gentes
se diviertan en la cena.
Es buena, sencillamente
porque en Belén de Judea
nació el Redentor del mundo,
el Salvador de esta tierra.
Celebra la Navidad,
con espíritu de fiesta,
pero sin glotonería,
sin desatinos ni juergas.
Celebra la Navidad,
para sentirte más cerca,
de Jesús de Nazaret
que llama hoy a tu puerta.
Cada día es una bonita oportunidad que Dios nos da, de compartir el verdadero significado de la Navidad: nuestra esperanza en Jesús. Podemos hacerlo con nuestros vecinos, compañeros de trabajo, en las residencias o en el hogar.
Autora: Patricia Valverde, de ADRA Zaragoza.