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El sábado 22 de febrero de 2025, los miembros de la Iglesia Adventista de Reus decidimos realizar una actividad intergeneracional con la que todos disfrutamos y reflexionamos.

Uno de los problemas que estamos viviendo en la sociedad actual, desde los principios de que empezara a ser actual, es la brecha de ideas y propósitos entre una generación y otra. Es cierto que todo va tan rápido que apenas nos queda tiempo para detenernos a pensar. Pero es bueno, de vez en cuando, hacer una parada, un stop, o un break, como dicen las nuevas generaciones.

Métodos viejos para problemas modernos

De modo que los miembros de la Iglesia Adventista de Reus decidimos hacer una «parada sabática intergeneracional», para apearnos del vértigo que nos arrastra semana tras semana. Un momento para «pensar».

El trabajo por grupos ha sido uno de los recursos terapéuticos y educativos usados desde la antigüedad, que siguen estando in a pesar de los descubrimientos y revoluciones intelectuales que nos ha traído la modernidad.

Nuestro pastor nos planteó unas preguntas y nos pidió que las respondiéramos por grupos compuestos por las diferentes franjas de edad existentes. Una vez se hubo analizado la cuestión planteada, hubo una puesta en común de las conclusiones a las que se había llegado en cada grupo.

Desde los pequeños hasta los más mayores, concluimos que los tiempos no son favorables. Pero también que sigue estando en nuestros corazones la esperanza de ser mejores personas hasta que Jesús regrese a buscarnos. Todos coincidimos que la iglesia no es solo el lugar para «pasarlo bien», sino un instrumento para dar a conocer el mensaje del evangelio.

Nos quedó pendiente realizar otra «parada» para plantearnos la mejor manera de hacerlo en nuestro entorno. Pero hasta entonces, estamos seguros de que seguiremos mejorando como creyentes y como seres humanos.

Distensión lúdica y comida que une

Terminado el esfuerzo intelectual de nuestra actividad intergeneracional, pasamos a un rato de juegos preparados por el sector joven. Pudimos participar todos los presentes, de cualquier edad. Quienes estuvimos presentes no recordamos haberlo pasado tan bien desde hace tiempo. Estamos agradecidos a los jóvenes por su esfuerzo y colaboración en esta sección de la reunión.

Seguidamente, tuvimos la oportunidad de realizar una convivencia intercultural degustando un piscolabis preparado por diferentes miembros venidos de distintas partes del mundo.

Estamos contentos por la tarde de convivencia y unión fraternal; por las conclusiones a las que pudimos llegar; por el tiempo que dedicamos a «pensar»; por la bendición de pertenecer a la familia de Dios y por las ganas de volver a analizar nuestro futuro como grupo de creyentes.

Autor: Jordi Abad, corresponsal de revista.adventista.es en la Iglesia Adventista del Séptimo Día en Reus. 

 

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