Durante el seminario, el pastor Moliner guio a los participantes a través de un análisis enriquecedor de versículos bíblicos clave, como Éxodo 25:8, que subraya la promesa divina de habitar en medio de su pueblo. Además, se exploraron pasajes como Hebreos 8:1-2, destacando el papel crucial de Jesús como Sumo Sacerdote en el santuario celestial, y Daniel 8:14, profetizando la purificación del santuario.
La importancia del santuario
Una de las verdades que distinguen a la Iglesia Adventista del Séptimo Día, es el santuario, que destaca el Ministerio de Jesús y nos ayuda a entender el plan de salvación en sus tres áreas; justificación, santificación y glorificación. Debemos estudiar el santuario porque, sin duda, al entender la función de Jesús en ese lugar, comprenderemos mejor el plan de salvación. Será una verdad que anunciaremos al mundo porque es parte de la verdad presente y del mensaje del tercer ángel.
El santuario ocupa un lugar central en nuestra doctrina adventista, porque aparece en el libro de Hebreos, en la Biblia, perfectamente explicado. Es un lugar celestial real donde Jesús ministra como Sumo Sacerdote, llevando a cabo la obra de expiación por los pecados de su pueblo. La comprensión de este concepto fortalece la fe adventista y su anticipación de la segunda venida de Cristo.
El santuario y el «Gran chasco»
El seminario también abordó un acontecimiento crucial para los adventistas del séptimo día: el 22 de octubre de 1844, conocido como el «Gran chasco». Este día marcó el final del periodo profético de 2.300 días, y aunque no se materializó la segunda venida de Cristo como se esperaba, condujo a una reevaluación teológica profunda, resultando en el establecimiento de la Iglesia Adventista del Séptimo Día y la comprensión del inicio de la fase final del juicio investigador en el santuario celestial.
El seminario sobre el santuario dirigido por el pastor Javier Moliner, sirvió para fortalecer la conexión espiritual de quienes participaron y proporcionar un entendimiento más profundo de la doctrina y la historia que fundamentan nuestra su fe.
La obra de Jesús en el santuario es tan trascendental como su resurrección y glorificación, ya que permite cerrar el ciclo de la salvación a través del proceso de perdón y justificación, acto judicial y acto redentor en favor del ser humano.
El santuario revela el plan de salvación y es el lugar del perdón del pecado y de la restauración de la justicia, y todo es posible gracias a Jesús, nosotros debemos arrepentirnos y aceptar su gracia, esa es la única garantía divina de salvación, no hay otra.
Autora: Elizabeth Lomas, corresponsal de la Revista Adventista en la iglesia de Mataró.