🔎 En este nuevo video nos enfocamos, junto al pastor, doctor y profesor de teología, Roberto Ouro, en: EL CALEIDOSCOPIO DE LA SALVACIÓN.
INVESTIGACIÓN BÍBLICA, una serie histórica, apologética y bíblica donde abordamos preguntas y temas profundos que nos hacen reflexionar sobre nuestra fe y nuestra relación con Dios. Presentado por diversos pastores de la Iglesia Adventista en España.
¿Cómo se planteó Dios responder al problema del pecado, a través de la historia, para atraer al ser humano a la salvación? La respuesta divina es sorprendente y espectacular. Un caleidoscopio de la salvación: El santuario.
El santuario es el caleidoscopio de la teología bíblica. Metales básicos, telas de diversos tipos y colores, pieles, madera de acacia, aceite, especias y piedras preciosas ofrecidas por un pueblo elegido para la construcción de un santuario. Elementos de la creación divina para crear la salvación humana. Dios, mediante un espacio santo, un «pedazo» del reino divino, estaba restableciendo la armonía original de la creación. Excluyendo los elementos del pecado e impureza de su presencia y de la vida de su pueblo. El propósito teológico divino era subrayar la representación del santuario como un mundo, es decir, un entorno ordenado, obediente y de salvación. Y la representación del mundo como un santuario, es decir, un lugar en el que el reino de Dios era visible e incontestable, y su santidad palpable y omnipresente (Ex 25,3-9, esp. 8-9.40).
Como las formas geométricas presentadas en un caleidoscopio, con cristales de colores que dan forma a todo tipo de bellas composiciones, llenas de luz, conocimiento y armonía racional y emocional. Así el santuario, como un caleidoscopio teológico despliega en su estructura y composición completa la belleza y el conocimiento de toda la teología divina. Proyecta la teología de la salvación, el propósito final de la revelación de Dios para la humanidad.
De acuerdo con la perspectiva vista a través de los componentes de un caleidoscopio, así cada elemento de la estructura del santuario (como el atrio, el Lugar Santo, el Lugar Santísimo, los artículos del mobiliario, el sacerdocio, las vestimentas, los sacrificios, las ofrendas, los oferentes, la comunidad, los líderes, los individuos, etc.) nos permite percibir todos los matices, ideas, conceptos y temas bíblicos como una realidad teológica multicolor, multifacética, multitemática y multidimensional del plan de salvación divino para el ser humano.1 Pero, ¿por qué el sacrificio de animales fue parte del proyecto divino? Porque…
El propósito de Dios con el santuario y los sacrificios animales
(1) el sacrificio fue el método pedagógico divino para restablecer la relación entre Dios y el ser humano rota por la elección humana. Es el religare, el significado básico de la palabra religión: volver a `re-unirse´ con Dios.
(2) el sacrificio fue el método experimental divino, Dios quería que el ser humano experimentase el demoledor impacto del pecado, que sintiera, de forma gráfica y profunda, que el pecado implicaba la muerte de sus animales queridos criados en casa.
(3) El sacrificio fue el método profético divino, porque un animal no podía por sí mismo perdonar el pecado y la culpa. Por eso, el sacrificio animal es un tipo del Cordero de Dios, apunta al auténtico y definitivo sacrificio que moriría como sustituto de las transgresiones de la humanidad (Is 53,6-10). Con su sacrificio ya no hay necesidad de más sacrificios animales (Dn 9,27a). Hay aquí un nuevo concepto teológico maravilloso. No es un animal sacrificial, sino un ser humano-divino sacrificial, Jesús que entrega su vida por la humanidad.
Lo que está en juego es el amor de Dios por el ser humano (Is 53,10). Pero, eso significa que ¿Dios es sádico? Dios no es sádico, Dios es amor (1 Jn 4,8) y su plan de amor absoluto y radical por el ser humano lo demuestra al eliminar el pecado y la culpa mediante el sufrimiento y la entrega voluntaria del Siervo divino, Jesús, su único Hijo (Jn 3,16), quien es ese “puente” que atraviesa el abismo que había producido el pecado entre el ser humano y Dios.
Jesús como cordero de salvación
El santuario se hace carne y hueso en Cristo (Jn 1,14). La Biblia nos asombra e impacta presentando a Jesús como un «cordero que es llevado al matadero», Is 53,7. Jesús mostró al mundo el mayor sacrificio, fue maltratado, humillado, pero no abrió su boca, fue un cordero llevado al matadero, una oveja que enmudeció, que aceptó experimentar todos los pasos que le llevaron a la muerte. ¿Por qué? Porque su muerte se transformaría en el «mensaje de salvación más potente de la historia». En su entrega, manifestó la «dimensión más profunda del amor de Dios por la humanidad» abriendo el camino de la salvación y el reencuentro con Dios, ofreciendo al mundo la historia más bella jamás contada (Jn 14,6).[1]
Autor: Roberto Ouro. Doctor en psicología experimental y también en teología, es parte del equipo docente de la Facultad Adventista de Teología (FAT), y su especialización es la teología bíblica.
NOTAS: