Justo ahora hace un año desde que decretaron el estado de alarma. Lejos estábamos de imaginarnos entonces que un año después seguiríamos con restricciones, toques de queda y cierres perimetrales.
Comenzamos a reunirnos online y el coro de la iglesia de Valencia-Vives también tuvo sus reuniones por zoom para despedir los sábados y compartir cómo estábamos viviendo el confinamiento y fue allí donde surgió la idea de crear música juntos de forma virtual.
Nuestro coro de iglesia antes de la pandemia suponía algo más que cantar. Incluía a gente muy diferente por lugares de procedencia, edad y raza, que a través de la alabanza encontrábamos nuestro espacio para adorar y compartir. La música nos unía y nos llenaba de gozo, así que los primeros vídeos se crearon un poco para despedir el curso eclesiástico que se había interrumpido bruscamente, y contenían imágenes de antiguos conciertos añorando lo pasado y soñando con que pronto celebraríamos el reencuentro de forma presencial. Queríamos celebrar cumpleaños, compartir recetas y la verdad es que nos surgían muchas ideas de posibles actividades pero todas ellas quedaron frustradas por el impacto del COVID en nuestro planeta.
Durante esos cuarenta días que estuvimos encerrados, terminamos saturados de vídeos y memes así que nuestras producciones se dieron de forma natural, sin presión y motivados por la ilusión de mantener el coro de nuestra querida iglesia en activo.
Pasó el verano y cantar fue una de las restricciones en los colegios y en las iglesias. Así que comenzamos el trimestre con un proyecto virtual. De nuevo, sin grandes expectativas, sin prisas y sin presión.
Más adelante, la iglesia de Jaén organizó un festival de villancicos y fue entonces, cuando decidimos unir fuerzas entre los coros de Liria y V-Vives. Fue un proyecto tan bonito, sentir que aún podíamos producir música juntos y disfrutar con las producciones de otras iglesias, que nos animó a preparar un proyecto para Semana Santa y esta vez sí que teníamos objetivos y fechas más claras.
Unimos voces y talentos y buscamos ilusionarnos. Entendiendo que elegíamos no desanimarnos ante esta pandemia que nos priva de tantas cosas queridas. Personas de otras iglesias nos prestaron sus talentos altruistamente. Es curioso como la música nos eleva y nos conecta con lo divino. Es impresionante cómo conmueve escucharnos cantar un himno que tantas asociaciones supone. Aunque es un esfuerzo ensayar de manera independiente y buscar momentos y lugares para grabarse, el resultado es éste:
Un vídeo sencillo pero lleno de cariño. Estamos muy contentos de poder compartir este himno con nuestros familiares y amigos y nos gustaría que fuera para cada miembro del coro, una manera más de compartir a nuestro Maestro con los demás.
Autoras: Raquel Sáez, directora del coro de Liria y Dámaris Ortiz, directora del coro de V-Vives