Esperanza para los mayores
Llegamos corriendo al Hospital del Mar. Antonia había sido ingresada en urgencias. Había venido de Barcelona y llevaba en la residencia alrededor de tres años. Al entrar en la habitación, su hija nos dijo que acababa de fallecer hacía 15 minutos, nos abrazó y dijo: «Gracias por todo lo que habéis hecho por mi madre. No sé cómo ha sido, pero mi madre que siempre renegaba y blasfemaba, ha muerto orando a Dios tranquila y en paz».
Gracias, Señor, por tu misericordia. Porque cada día vemos como suples nuestras deficiencias, escribes derecho en los renglones que torcemos y traduces nuestros gestos y palabras para dar testimonio de ti.
Ancianos y familias se acercan a nuestra residencia buscando un cuidado especializado que les ayude a sobrellevar las consecuencias de la edad, de las demencias, de las caídas o de la soledad. Nuestro objetivo, como institución cristiana, es que además de esos cuidados especializados y llenos de cariño puedan conocer y experimentar el amor incondicional de Dios.
A lo largo de nuestra vida, todos vamos acumulando experiencias positivas y negativas, sentimientos de culpabilidad, rencores, resentimientos, miedos, entre otros. Necesitamos experimentar la confianza en un Dios de amor dispuesto a perdonar nuestros pecados, protegernos y guiarnos cada día.
Cuando se ve la muerte tan cercana, es una bendición abrazar el concepto bíblico, aceptar la Palabra de Dios que nos dice que la muerte es como un sueño profundo, sin dolor ni sufrimiento, del que nos despertará la voz de Jesús que viene a rescatarnos. Esta verdad nos ayuda a enfrentar la muerte de una manera diferente, nos destierra el miedo a lo desconocido, al supuesto castigo eterno de un Dios justiciero, y brinda serenidad.
Por eso, nuestra misión, además de cuidar de la mejor forma posible, de hacerlo con cariño y con respeto, es conducirlos a los pies de Jesús. Que los que son cristianos sigan aferrados a él y, los que no lo son, se acerquen y lo acepten como su Salvador personal. Y así puedan estar en paz con Dios y consigo mismos en sus últimos días.
¿Cómo hacemos todo esto? Contamos con el mejor personal que podríamos soñar, preparados profesionalmente y comprometidos con la residencia y su filosofía. Son 41 compañeros repartidos en diferentes áreas de trabajo. Hay áreas en las se trabaja más directamente con los ancianos para su cuidado y su apoyo, como la de capellanía, en la que colabora nuestro pastor con varios miembros del personal. El área sanitaria, donde hay el mayor número de personal, como nuestro médico, las enfermeras que apoyan sus necesidades en los distintos turnos, la fisioterapeuta para una recuperación o no deterioro de los ancianos, además de los auxiliares, que se encargan del cuidado físico, anímico y sentimental del anciano. El área de animación sociocultural, encargada de las diferentes actividades para la estimulación física, cognitiva y social, donde trabajan la psicóloga, el animador y el monitor de tiempo libre. La trabajadora social se encarga de la relación con el Departament de Benestar Social de la Generalitat de Catalunya y servicios sociales primarios.
Hay otras áreas de trabajo que no realizan sus tareas tan directamente con los ancianos, pero que son también piezas fundamentales del engranaje de la institución, como cocina, limpieza, mantenimiento, recepción, contabilidad y dirección.
Aunque todos tenemos nuestras responsabilidades específicas, lo importante es que sabemos que formamos un equipo. Nos ayudamos los unos a los otros cuando es necesario para que los ancianos estén bien cuidados.
En este quinquenio, el Señor nos está cuidado en medio de la crisis económica que ha azotado a nuestro país. Hemos pasado algunos momentos muy difíciles, donde tuvimos que ajustar nuestros gastos con nuestros ingresos percibidos, y así no tener que prescindir de nadie en nuestra institución. Ha sido el personal que, con su dedicación, ha aportando más horas con el mismo salario, lo cual nos ha permitido superar estas dificultades y seguir adelante.
Damos gracias a Dios y al trabajo en equipo de todos, porque estas dificultades han sido superadas. Una buena gestión administrativa de nuestros recursos materiales, económicos y humanos es primordial en épocas de crisis económicas. Otra de nuestras alegrías es que la Generalitat ha reactivado las Ayudas vinculadas a residencia, permitiendo que las familias puedan afrontar con mayor facilidad el ingreso a la residencia. Al final de cada año de este quinquenio, el promedio de plazas ocupadas estaba por encima del 92%.
También en este quinquenio, hemos podido realizar algunos proyectos que teníamos pendientes desde hace años y otros nuevos:
1. La remodelación de la zona de asistidos. Hacía tiempo que necesitábamos un comedor/sala de estar, más amplia y luminosa donde los ancianos más asistidos pudieran estar confortablemente en sus sillones en las horas de descanso y que, a la hora de comer, pudieran sentarse en mesas amplias todos aquellos que pueden comer solos, para así mantener su autonomía.
2. Otras mejoras interiores. Hemos cambiado todas las camas de la zona de asistidos por camas hospitalarias para una mayor movilidad de los residentes y mejor facilidad para el personal. Hemos colocado nuevos sofás ergonómicos en las zonas de descanso. Hemos introducido un nuevo software informático con pantallas táctiles para que el personal pueda registrar cualquier actuación al residente.
3. Calderas de biomasa. La colocación de nuevas calderas de biomasa con un silo subterráneo para almacenar el combustible. Esto ha aligerado el enorme gasto que teníamos con las calderas de gasóleo, ayudándonos a mantener siempre toda la residencia confortable y acogedora.
4. Entrada al edificio. Este último año hemos remodelado la entrada y hemos hecho un pórtico en la puerta principal al edificio que proteja de la lluvia al entrar y salir de los coches y ambulancias. Se aprovechó también para poner una doble puerta de cristal automática y facilitar el acceso de las sillas de ruedas y camillas.
5. Huerta urbana. Hemos colocado mesas de cultivo en nuestro patio exterior para que nuestros residentes pudieran tener contacto con la tierra y las plantas. Ha sido una gran experiencia que todos hemos disfrutado.
6. Devolución de préstamo. Otro objetivo era la devolución del antiguo préstamo recibido de la UAE a la Residencia Maranatha. Nuestra institución presentó el proyecto de devolución al consejo la de UAE, y este fue aprobado. Mensualmente procedemos a la devolución del mismo.
Año tras año seguimos recibiendo buenos resultados en las distintas inspecciones. Por eso, muy orgullosos podemos decir que somos una de las mejores residencias de la comarca, además de ser una residencia cristiana ejemplar. Desde los servicios sociales de los ayuntamientos vecinos y los hospitales cercanos somos recomendados por ofrecer un servicio familiar y cariñoso.
Mención especial al Señor en primer lugar, a la UAE, a nuestro patronato y al personal de la Fundación Residencia Maranatha. Todos formamos parte de un equipo que lleva más de 38 años trabajando para servir a los ancianos.
María Teresa Sierra (directora) y Joel Moyano (administrador)