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En el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, que se conmemora el martes 25 de noviembre, el programa «enditnow» del Ministerio de la Mujer de la Iglesia Adventista del Séptimo Día vuelve a alzar la voz contra cualquier tipo de violencia o maltrato el próximo cuarto sábado del mes, día 22. Además, este año promueve comunidades de fe resilientes y seguras, recordando que la violencia no es un asunto privado, sino una violación de la dignidad humana que estamos llamados a enfrentar con compromiso y esperanza.

¡Un año más hemos llegado casi al final del mes de noviembre! Atrás quedaron ya la fiesta de Todos los Santos del día 1, la celebración del Día del Soltero que fue el 11, el Día Nacional del Libro que fue el 12 y el Día Mundial de los Sistemas de Información Geográfica que se celebró el día 13. Pero todavía queda otro día más a tener en consideración: la fecha del 25 de noviembre, que no fue elegida de manera arbitraria, ya que responde a una combinación de contexto latinoamericano, activismo de mujeres y decisión de organismos internacionales.

Origen histórico del 25 de noviembre

En primer lugar, y según las Naciones Unidas, la conmemoración remite al asesinato, el 25 de noviembre de 1960, de las hermanas Patria Mercedes Mirabal, Minerva Mirabal y María Teresa Mirabal, activistas políticas dominicanas que se opusieron al régimen del dictador Rafael Trujillo en la República Dominicana. Aquellas mujeres, conocidas también como «Las Mariposas», se convirtieron en símbolo de resistencia ante la violencia estatal y de género, de modo que su muerte inspiró que el 25 de noviembre fuera observado por grupos de mujeres en América Latina.

A partir de 1981, durante el Primer Encuentro Feminista de América Latina y el Caribe en Bogotá, se adoptó esta fecha como «Día contra la violencia hacia la mujer». Posteriormente, la ONU avanzó institucionalmente con la adopción de la Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer mediante la resolución 48/104 del 20 de diciembre de 1993.

Reconocimiento de la ONU

Finalmente, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó la resolución 54/134, del 17 de diciembre de 1999, designando oficialmente el 25 de noviembre como el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, abriendo con él la campaña conocida como los «16 Días de Activismo contra la Violencia de Género», que culmina el 10 de diciembre (Día de los Derechos Humanos).

Podríamos decir que la fecha enlaza una memoria concreta —la muerte de las hermanas Mirabal— y la institucionalización internacional de la exigencia de erradicar la violencia contra las mujeres.

Significados y dimensiones de la fecha

Esta jornada no es solo una efeméride o un gesto simbólico, sino que encierra varias capas de sentido, como el reconocimiento de la violencia de género como violación de derechos humanos, la visibilización de la violencia machista y el lanzamiento de un periodo de movilización global que se extiende hasta el 10 de diciembre.

Uno de sus símbolos es el color naranja, inspirado en la campaña «Orange the World», con la que se busca transmitir la posibilidad de que un mundo libre de violencia es posible.

Campaña «Orange the World»

La campaña «Orange the World» está integrada en la iniciativa UNiTE to End Violence against Women de ONU Mujeres, lanzada en 2008 para fomentar la acción global contra la violencia de género. Se emplea durante los «16 Días de Activismo contra la Violencia de Género».

Desde 2009, el 25 de cada mes fue proclamado «Orange Day» para mantener una continuidad en el activismo y la visibilidad.

El color naranja fue elegido como símbolo de un futuro libre de violencia porque es un color vivo y optimista, que contrasta con la oscuridad de la violencia, proyectando esperanza y visibilidad. La guía de uso del logotipo describe que el color representa «a brighter future free from violence for all women and girls».

Impacto visual y social

Las iluminaciones de monumentos, edificios institucionales o campañas de vestimenta naranja ayudan a que el mensaje visual se vuelva reconocible en el espacio público. Se busca que la ciudadanía tome conciencia de que la violencia contra las mujeres y niñas no es algo privado que «se va a solucionar en casa», sino un problema social y de derechos humanos.

A través del color, de los hashtags #OrangeTheWorld, #HearMeToo, #EndVAW y de actividades simbólicas, se pretende romper el silencio y la invisibilidad de muchas víctimas.

En Europa, la campaña también tiene eco institucional: varios países se suman a la iluminación, a vestirse de naranja, y a movilizar municipios, fomentando talleres, proyecciones, dinámicas educativas y actividades comunitarias.

Doble significado del 25 de noviembre

El 25 de noviembre tiene un significado doble:

  • Conmemora una memoria histórica de resistencia.
  • Activa una dinámica global de concienciación, movilización y exigencia de cambio.

Urgencia en el contexto actual

La violencia contra las mujeres sigue siendo omnipresente en todas las regiones del mundo. La pandemia de COVID-19 exacerbó lo que se ha denominado «la pandemia silenciosa» de la violencia doméstica.

Lectura desde una perspectiva cristiana

Desde una perspectiva cristiana, el 25 de noviembre ofrece un punto de reflexión esencial:

Es un recordatorio de que la igualdad no es solo teoría, sino que pasa por erradicar prácticas de violencia que destruyen dignidad, cuerpo y posibilidad de vida plena.

Ofrece un contexto didáctico para reflexionar sobre cultura, instituciones y ética —también desde una visión bíblica— para construir relaciones humanas libres de violencia.

Puede integrarse en programas educativos y actividades eclesiásticas como «fecha ancla» para el empoderamiento femenino y la justicia social.

Invita a considerar el «cuidado del otro», la reparación, la comunidad como espacio de sanación y el llamado bíblico a defender a los vulnerables.

Reconoce que la violencia contra las mujeres está vinculada a relaciones de poder, desigualdad estructural y roles de género históricamente construidos.

Visibiliza formas de violencia que a menudo permanecen ocultas: doméstica, psicológica, sexual, económica y digital.

Es un llamado a la movilización social y educativa para impulsar acciones de prevención y protección.

Datos en España y Europa

En España, según discurso institucional del acto del 25 de noviembre de 2024, habían muerto 41 mujeres por violencia de género hasta esa fecha. Desde que se contabilizan oficialmente los feminicidios por pareja o expareja (desde 2003), se han superado los 1.100 casos.

También se han registrado miles de casos de violencia contra mujeres españolas en el extranjero (428 en 2023).

En Europa, la Convención de Estambul insiste en definir la violación basándose en la ausencia de consentimiento libre, entre otras medidas.

Según el Consejo de Europa, entre el 12 % y el 15 % de las mujeres en Europa sufren violencia doméstica cada día.

El 25 de noviembre en el mundo adventista

Para el mundo adventista en España y en otros países europeos, el cuarto sábado del mes de noviembre cobra un significado especial. Desde 2010 lo llamamos Día de Énfasis «enditnow», integrado en el calendario mundial de la Iglesia desde 2002.

Noviembre nos brinda la oportunidad de participar en esta iniciativa global creada para concienciar y abogar contra la violencia en todas sus formas, movilizando a las comunidades y ofreciendo recursos para proteger a las personas más vulnerables: mujeres, infancia y personas mayores.

Cada año, promovido desde la Asociación General, se señala un día especial para llevar el mensaje, buscando poner fin a todo tipo de violencia e intentando proteger y cuidar a quienes más lo necesitan.

En síntesis, «enditnow» es una iniciativa mundial de la Iglesia Adventista que busca crear conciencia y ofrecer soluciones prácticas para combatir la violencia en todas sus formas.

Materiales 2025: «La resiliencia»

El paquete de materiales presentado este año por nuestra Unión se basa en un tema necesario: «La resiliencia».

El Dr. Julián Melgosa, del Departamento de Educación de la Asociación General, nos invita a reflexionar recordando que «el abuso, ya sea el experimentado en la niñez, a través de un acto violento o en el seno del hogar, deja cicatrices que pueden permanecer toda la vida». No obstante, somos conscientes de que Dios es nuestro Sanador y nuestra Ayuda en todas nuestras pruebas.

Dios nos ha dado personal médico, consejeros, amistades y familia que caminarán a nuestro lado en el proceso de curación.

Conclusión

Es mi oración y la de mi equipo que Dios nos bendiga y nos guíe para que, bajo su dirección, nos transformemos en comunidades de fe sanadoras, capaces de vivir la Verdad que trae Libertad para cada ser humano.

Autora: Mercedes Martínez, directora del Ministerio de la Mujer de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en España. 

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Revista Adventista de España
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