El 21 de septiembre, nuestra querida Helena S. S. decidió confirmar su pacto con Dios por medio del bautismo. Fue un día muy especial y de gozo para sus padres, Julián y Encarni, así como para nuestra iglesia de Igualada.
El lugar donde fue bautizada, la hermosa Platja del Canyadell, es una cala llena de encanto en la costa de Tarragona.
A pesar de las previsiones de posibles lluvias y tormentas, se decidió seguir adelante, y nos dirigimos todos para acompañarla llenos de alegría. También estuvieron presentes un grupo de jóvenes amigos de las iglesias de Barcelona y algunas compañeras de estudios de la universidad, que insistieron en compartir con ella este evento tan importante. ¡Todo era muy hermoso!
Nos sentimos unidos por el mismo cariño y deseo: queríamos que Helena se sintiera arropada y amada por sus hermanos en Cristo.
El Señor estaba con nosotros
La pequeña pineda nos ofrecía un fresco refugio, y desde allí podíamos contemplar el horizonte, donde el cielo y el mar se unían formando un espectáculo de suaves tonalidades que aportaban bienestar en su contemplación. Nos pareció que el cielo también manifestaba su deleite. ¡Definitivamente, podíamos sentir la presencia del Señor entre nosotros!
A medida que se sucedían las actividades, iba creciendo la sensación de gozo. Desde el mensaje pastoral hasta las palabras de apoyo y la música de los jóvenes, todo contribuía al ambiente de alegría. Cuando llegó el momento de la consumación del bautismo dentro del agua, la emoción y las lágrimas de Helena contagiaron a todo el grupo. Pero no solo a nosotros, porque media playa estaba expectante y no perdía detalle de lo que estaba sucediendo.
Algunos se acercaban a preguntar qué estaba aconteciendo, y se les explicó. Quedaron fascinados: pudimos dar un gran testimonio en ese lugar. Luego llegó el cariño expresado mediante los abrazos y palabras de mejores deseos.
¡Qué día tan hermoso! Y es que, cuando nuestro Dios preside la reunión, sobreabundan las bendiciones. Solo podemos disfrutarlas y sentirnos muy agradecidos.
Autora: María Ángeles Cardeñas, reportera de revista.adventista.es en la Iglesia Adventista del Séptimo Día de Igualada.






