Hoy, miércoles 3 de septiembre de 2025, por la mañana, Séfora Boix Sangüesa, a la edad de 103 años, ha pasado al descanso hasta que Cristo regrese y la llame a la resurrección. Celebramos una vida larga y dedicada a Dios. ¡Maranatha!
El servicio funerario será mañana, jueves 4 de septiembre, a las 16:00 horas, en el Tanatorio Sagunto, situado en la Calle Laboratorio n.º 85, Polígono Ingruinsa, Puerto de Sagunto.
Sus orígenes
Nació el 5 de febrero de 1922 en el pueblo de Jérica, provincia de Castellón. Fue precisamente allí porque ejercía como matrona Constantina Sangüesa, tía de Séfora.
Su madre, Rosa, natural de Villarroya de los Pinares (provincia de Teruel), era la cuarta hija de Cruz Sangüesa y Pascuala Blasco, unos de los primeros adventistas de España, bautizados por el pastor norteamericano Walter Bond en 1911. Rosa fue niñera de los hijos de Frank y María Bond en Barcelona.
El padre de Séfora, José Boix, natural de Elche, fue uno de los primeros pastores adventistas de España, bautizado en las aguas del mar Mediterráneo por Frank Bond en 1916.
Siguiendo a Jesús
Después de pasar dos años en el seminario adventista de Collonges, en Francia, José fue enviado a pastorear las iglesias de Barcelona y Lérida, junto con la obrera bíblica Mercedes Sanz, madre de los pastores Manuel y Alberto Martorell.
En 1931, el pastor Boix fue destinado a Zaragoza. Ese mismo año celebró los primeros bautismos en esa ciudad: seis fieles, entre los que estaban sus hijas Elisabet y Séfora. Qué privilegio para Séfora, ser bautizada por su padre a los 9 años, aunque fuera en las turbias aguas de una acequia de riego, cerca de la Torre de la Culebra, en Zaragoza.
Sobreviviendo a la Guerra Civil
Cinco años más tarde, en 1936, estalló la Guerra Civil. Séfora, junto con sus padres y hermanas, tuvo que vivir los horrores de la guerra y la persecución por no ser católicos.
A sus 14 años, Séfora presenció el simulacro de fusilamiento de un pequeño grupo de adventistas en la Torre del Manzanero. También la detención y encarcelamiento de su padre, acusado de dirigir reuniones religiosas ilegales, y tantos otros horrores propios de la guerra.
El Señor sostuvo al pastor José Boix y a su familia, pues no recibió salario de la Misión durante los tres años que duró la guerra. Todo ello sin duda enseñó a Séfora a depender y confiar en la providencia divina, fortaleciendo su fe juvenil.

El pastor Luis Bueno, con su esposa Séfora Boix y sus hijos.
Servicio a la iglesia
En 1946, pasada la Guerra Civil, Séfora aprendió el oficio de sastre trabajando en una sastrería. Por la tarde, al salir del trabajo, estudiaba mecanografía, taquigrafía, idiomas y música.
A los 24 años fue llamada a servir como secretaria en la Misión Adventista Española, en Madrid. Su aguda inteligencia, su formación, y su conocimiento del inglés y del francés —algo poco común en aquella época— llamaron la atención de los dirigentes de la Misión.
Su matrimonio con el pastor Luis Bueno
Fue en la iglesia de la calle Alenza, en Madrid, donde Séfora conoció al entonces estudiante del incipiente seminario adventista, Luis Bueno.
En 1947, al año siguiente de llegar a Madrid, Séfora y Luis formalizaron su noviazgo. Cuatro años más tarde, en 1951, fueron unidos en matrimonio por su padre, el pastor José Boix, en el templo adventista de la calle Cirilo Amorós de Valencia. Templo que unos años más tarde sería clausurado abruptamente por la policía.
Séfora supo conciliar su papel como madre de cuatro hijos —Séfora, Luis, Rosa Blanca y Silvia— con el de esposa de pastor. Acompañaba a su esposo en las muchas visitas y estudios bíblicos que él daba, siendo un apoyo infatigable. Séfora era una auténtica «pastora»: apoyo y ayuda idónea para su esposo. Además, fue maestra de Escuela Sabática y pianista hasta muy avanzada edad.
Una vida de entrega
A lo largo de su extensa vida, Séfora fue testigo de cómo esa frágil y pequeña Iglesia Adventista del Séptimo Día en España subsistió y creció, incluso en circunstancias muy difíciles.
Su dedicación a la causa del Evangelio y a su familia, así como su fe inquebrantable en las promesas divinas, son un testimonio valioso para nosotros hoy.
A los 103 años, Séfora ya descansa en el Señor, esperando ser llamada a resucitar y vivir eternamente con Jesús.
Autores: Rosa Blanca Bueno (hija de Séfora) y Jorge D. Pamplona (yerno de Séfora).
Conoce mejor a Séfora, en esta entrevista de En persona:
Lamentamos mucho la noticia del fallecimiento de nuestra querida hermana Séfora. Desde la iglesia de Sabadell, donde sirvió junto a su esposo, el pastor Luis Bueno, queremos enviar un abrazo a toda la familia. Agradecemos a nuestro buen Dios por la obra tan maravillosa que hicieron aquí. Ella ha sido un gran ejemplo en todos los sentidos y la recordaremos con mucho cariño. Su vida ha sido un gran testimonio de fe y compromiso con la iglesia. Ahora descansa en el Señor y no tardaremos mucho en encontrarnos con ella, así como con otros hermanos amados que ya han pasado al descanso en la esperanza y en la fe del mensaje del tercer ángel. «El que da testimonio de estas cosas dice: Ciertamente vengo en breve. Amén; sí, ven, Señor Jesús.» (Apocalipsis 22:20).
Muchas gracias por tus hermosas palabras, Sara. En Dios confiamos. Bendiciones. 🙏🤍