Hay algunas etapas de la vida familiar que desearíamos que nunca hubiésemos tenido que pasar. Algunas son inevitables, aunque muy dolorosas, como la eventual pérdida de la salud y la vida. Hay otras que nunca imaginamos que fuesen posibles. ¿A quién se le hubiese ocurrido pensar que el día de nuestra boda, de pie ante amigos y familiares, también podía ser el comienzo del adulterio, la adicción o la violencia doméstica? Pero ocurre todo el tiempo. La lección de esta semana reflexiona sobre algunas de las realidades más aleccionadoras de la vida familiar a las que nos veremos expuestos, y las aborda utilizando consejos bíblicos y cristianos.