El sábado 23 de noviembre, la Iglesia Adventista de Valencia Vives abrió sus puertas a un evento profundamente significativo en el marco del Día de Énfasis de la Mujer 2024, bajo el lema nacional «Ve y busca a mis ovejas». Un día lleno de reflexión, aprendizaje y sanación, diseñado para abordar un tema urgente y necesario: el maltrato y el abuso.
Un refugio para el corazón herido
La jornada comenzó con un poderoso sermón-reflexión matutino a cargo de Iulia Ionita y Natali Basto. Ambas, con sensibilidad y sabiduría, llevaron a la congregación a un viaje por las realidades invisibles que muchas personas enfrentan. Hablaron del maltrato y el abuso, no solo como un flagelo social, sino también como una carga que nuestras iglesias están llamadas a atender con compasión y firmeza.
Destacaron que las iglesias deben ser refugio para las víctimas, un espacio seguro donde puedan encontrar sanidad emocional, espiritual y comunitaria. Al mismo tiempo, subrayaron la necesidad de establecer límites claros y redes de apoyo para aquellos que, producto de sus propios traumas, han perpetuado ciclos de violencia. El mensaje fue claro: el amor de Cristo no solo redime, sino que también confronta, sana y transforma.
Un dato impactante se compartió durante la reflexión: 1 de cada 3 mujeres en el mundo sufren algún tipo de abuso diariamente. Esta estadística resonó con fuerza entre los asistentes, recordándonos la urgencia de ser manos y pies de Jesús para quienes más sufren.
El taller: moldeando vasijas, restaurando vidas
Por la tarde, la iglesia vivió un momento igualmente transformador con la charla-taller titulada «El trauma», impartida por Belén Gonzaga. A través de un enfoque interactivo y práctico, Belén abordó el problema de los abusos desde la perspectiva del impacto emocional y psicológico que generan.
El taller incluyó una actividad con cerámica que dejó una huella especial en los participantes. Cada persona tuvo la oportunidad de modelar una vasija de barro. Un ejercicio que no solo evocó la figura del alfarero bíblico en Jeremías 18, sino que también permitió a los asistentes reflexionar sobre cómo nuestras experiencias de vida, incluso las más dolorosas, moldean quienes somos. La cerámica, imperfecta pero hermosa, se convirtió en una metáfora tangible de la restauración que Dios puede traer a nuestras vidas.
«Ve y busca a mis ovejas»: un llamado a la acción
Este evento no fue solo una actividad puntual, sino una pieza clave dentro del programa nacional de la Unión Adventista Española para el Día de Énfasis de la Mujer 2024. Bajo el lema «Ve y busca a mis ovejas», la iniciativa busca movilizar a las iglesias locales a ser agentes de cambio, justicia y restauración en sus comunidades.
En un mundo donde la violencia contra las mujeres y los niños sigue siendo una herida abierta, hablar de estos temas desde el púlpito y en espacios de aprendizaje comunitario es un paso esencial. La iglesia, como cuerpo de Cristo, no puede ser indiferente. Estamos llamados a ofrecer refugio a quienes sufren, restaurar con amor y confrontar con verdad, todo ello bajo la guía del Espíritu Santo.
Imágenes que cuentan historias
Las imágenes de este día memorable reflejan los momentos de reflexión y aprendizaje vividos durante el sermón de la mañana y el taller de la tarde. Muestran rostros concentrados, manos moldeando barro y corazones que, poco a poco, se abren a la sanidad que solo Dios puede ofrecer.
Un compromiso que trasciende el día
El Día de Énfasis de la Mujer 2024 en Valencia Vives fue un recordatorio de que el llamado de Jesús a «buscar a sus ovejas» no es opcional. Es una tarea urgente que nos invita a escuchar el clamor de los vulnerables. Debemos caminar con los quebrantados y a ser testigos vivos de la restauración divina.
Mientras despedimos este evento, el compromiso permanece: seguir creando espacios seguros y sanadores. Un lugar donde cada vasija, por rota que esté, pueda ser moldeada nuevamente por las manos amorosas de nuestro Alfarero celestial.
Autora: Loida Burgos, de la Iglesia Adventista del Séptimo Día de Valencia-Vives