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Durante el último fin de semana de junio, la iglesia de Badalona recibió al pastor Jesús Calvo, para estudiar la Biblia y profundizar en la relación que tenemos con Dios.  

¿En qué situación estamos?

Alertó el teólogo y pastor, que esta versión del mundo en el que vivimos está configurada para separarnos de Dios. Eso nos da una idea del peligro del terreno en que nos movemos. Es un campo minado en este «Conflicto cósmico». Calvo nos invitaba a preguntarnos: «¿Cómo me llevo con el mundo?  ¿Soy amigo del mundo? La respuesta me dará una idea de la escala de valores y deseos que me dominan. Puede haber una dicotomía entre lo que soy y el cristiano que creo que soy. «El corazón es engañoso y perverso, más que todas las cosas. ¿Quién puede decir que lo conoce?» (Jeremías 17:9).

Añadió el pastor, que «si a esta circunstancia exógena del ambiente mundo, añadimos un elemento endógeno: el carácter del ser humano caído, débil, que no puede ser bueno y ni siquiera actuar por motivos nobles, esto genera un cóctel de pecado, corrupción, culpa, incapacidad y perdición… “Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago” (Romanos 7:19). Así lo resumió el apóstol Pablo».

Ante este estado de cosas, el pastor lanzó una advertencia a cada hermano y hermana: «¿Qué relación tienes con Dios? ¿Tienes una teología correcta? ¿Qué imagen tienes de Dios? ¿Cómo interpretas las Escrituras? ¿Entiendes lo que lees?»

Calvo sentenció que nosotros solos no podemos afrontar este mundo atrayente. No tenemos defensas contra lo que ofrece el mundo, y esto nos mantiene rehenes del pecado. Lo más grave es que este sistema de mundo y esta naturaleza caída nos hace tener una imagen distorsionada de Dios, y por ende mantenemos una relación mala con nuestro Creador, ya que depende de nuestro ánimo y este es fluctuante.

Dios conmigo vs. yo con Dios. El orden de los factores, sí altera el producto

Tenemos la mala costumbre de hacer planes humanos y luego invitar a Dios a que los ejecute y los bendiga, cuando deberíamos preguntarle a Dios cuáles son sus planes e instrucciones para nuestra vida y una vez que Dios habla, seguir su voluntad. Parece una diferencia menor, pero no lo es. Es la manera de saber quién es el que manda en mi vida, a quién sirvo y de quién dependo.

La primera opción es acomodaticia, la segunda es tomar su cruz cada día y hacer su voluntad. Mateo 26:24 «Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame».

¿Qué podemos hacer?

Busca a Dios donde está

Lo primero que dejó claro el pastor Calvo, es que tenemos la Biblia, la oración y la iglesia para conocer el carácter de Dios; su propósito para nuestra vida y el amor y cuidado que tiene hacia nosotros. Salmos 119:105 dice:  «Lámpara es a mis pies tu palabra  y lumbrera a mi camino» y Salmos 32:8: «Te haré entender, te enseñaré el camino por el que debes andar, sobre ti fijaré mis ojos». Dios promete y cumple.

Conoce al Dios Viviente

Pablo en 1ª de Timoteo 4:10 dice: «Porque esperamos en el Dios viviente, que es el Salvador de todos los hombres, mayormente de los que creen».

En este punto, el experto teólogo lanzó una pregunta retórica: «¿Tratas a Dios como una imagen o una estatua inerte, o más bien lo buscas como un Dios real y vivo?», y añadió: «Cuando oras sin fe y no esperas respuesta, “Dios no está vivo para ti”. El nivel del diálogo que tienes con Dios define la esencia de tu relación con Él».

Continuó el pastor desarrollando este concepto y agregó: «Al servir al Dios viviente tendrás motivos para buscarlo y lo reflejarás en tu esencia como cristiano»: Tendrás fe, y al depender totalmente de Dios, vivirás con esperanza. Al Tener una promesa maravillosa, conectarás con la fuente del amor, para vivir de forma diferente.

Además, tendrás la experiencia cristiana que describe Pablo en Romanos 12:12

  • Gozosos en la esperanza – Espera
  • Sufridos en la tribulación – Sufre
  • Constantes en la oración – Ora

Superemos el saber y pasemos al creer

En Mateo 15:8 Jesús dice: «Este pueblo con sus labios me honra, más su corazón lejos está de mí».

El pastor Calvo invitó a los asistentes a cuantificar la cantidad de sermones, devocionales, matutinas, o escuelas sabáticas estudiadas durante nuestra vida. Evidentemente, sabemos mucho. Sin embargo, eso no basta. Debemos pasar del conocimiento a la transformación; de la duda a la certeza; de los ejercicios intelectuales a la piedad práctica; de las palabras a la acción.

Si aún no sabes:

  • quién es Dios: el que manda
  • qué es Dios: amor
  • dónde está Dios: a tu lado
  • qué hace Dios: salva

… seguirás pedaleando en una bicicleta estática y no avanzarás ni un milímetro. Porque al querer controlar tu vida y seguir la corriente del mundo, cuestionas el  poder de Dios. Dudas de su amor salvador y te olvidas de que está a tu lado y esto es la causa de una vida espiritual indiferente, que no tiene motivos para establecer una relación íntima con el Dios viviente.

Hebreos 9:14 dice: «Si esto es así, ¡cuánto más la sangre de Cristo, quien por medio del Espíritu eterno se ofreció sin mancha a Dios, purificará nuestra conciencia de las obras que conducen a la muerte, a fin de que sirvamos al Dios viviente!»

Reconsagremos nuestra vida a Dios

Antes de finalizar, el pastor hizo un llamado a reconsagrar nuestra vida al Dios vivo, quien…

  • cuando hablo: Oye, Salmos 34:15
  • cuando pregunto: Responde, Job 38:1
  • cuando espero: Actúa, 1 Reyes 18: 21 – 45

¿Quieres Conocer al Dios Vivo?

Añadió Jesús Calvo; que cuando me quejo, me enfado y caigo en desánimo, puedo estar evidenciando que perdí la confianza en Dios y, al igual que el pueblo de Israel, no termino de cruzar el desierto para entrar en el lugar, momento y espacio preparado por Dios para mí.

Es posible la conversión genuina, y comienza con la oración. En Hechos 9:11 se relata la experiencia de conversión de Saulo a Pablo «… En la casa de Judas, busca a un hombre de la ciudad de Tarso. Se llama Saulo, y está orando allí».

Es un proceso que dura toda la vida, Filipenses 3:13-14 revela este proceso en Pablo: «Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.»

Y, como bien decía el pastor Calvo, sin duda, para esa transformación, el Espíritu Santo ejercerá todo su poder, gracia y misericordia para guiarte. No estamos hablando de cambiar de actitud o forma de ser, eso sería superficial y caemos en lo conductual. En Mateo 23:23, Jesús quiere un cambio de lo que eres y lo que sientes, y es algo que hará Él en ti, solamente tienes que vivir conectado a Él para que pueda obrar en tu interior. Serás una nueva criatura: «Si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí, son hechas nuevas» (2ª Corintios 5:17). «Dios es quien produce en vosotros tanto el querer como el hacer para que se cumpla su buena voluntad». (Filipenses 2:13).

Autor: Amenothep Zambrano, responsable de comunicaciones y corresponsal de la Revista Adventista de España, en la Iglesia Adventista del Séptimo Día en Badalona.

 

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