Aquí están 10 objetivos para vivir diariamente la virtud y valor humano de la generosidad:
- Anteponer a los gustos personales, los gustos de las otras personas, en las cosas cotidianas, cediendo incluso cuando hay un derecho a poder elegir, en reuniones, comidas, pasatiempos, lecturas, etcétera.
- Buscar el beneficio ajeno, a pesar del cansancio y cumplir las obligaciones propias, siempre con optimismo.
- Ceder la palabra, el sitio, el paso, la prioridad, la mejor parte de la comida, etcétera. Además de ser un acto de generosidad, denota educación y cortesía.
- Dar consejo o apoyo a las personas que lo buscan, sin tener en cuenta su condición económica, social, cultural o religiosa.
- Entregarse a los demás, para descubrir lo útiles que podemos ser en la vida de nuestros semejantes. Así alcanzaremos la verdadera alegría y la íntima satisfacción del deber cumplido.
- No demostrar prisa, cansancio, fastidio o impaciencia, ni ofrecer disculpas injustificadas, al realizar alguna actividad social o familiar.
- Practicar la sencillez y la discreción, al hacer las cosas a otros, sin pregonarlo ni esperando felicitaciones.
- Procurar sonreír siempre, a pesar del estado de ánimo y aún en las situaciones poco favorables, propias o ajenas.
- Tener un detalle diariamente, aunque sea pequeño, de generosidad, con diferentes personas de la familia, trabajo, escuela, vecindad, iglesia, sociedad, etcétera.
- Usar las habilidades y conocimientos para ayudar desinteresadamente a los demás en la familia, escuela, iglesia, organizaciones, etcétera.